Un cercano y distendido Francisco Ford Coppola ha reconocido sentirse impresionado por la belleza de una tierra montañosa y verde como Asturias en la que no había estado nunca antes y en la que, por lo tanto no se había planteado la posibilidad de rodar.

Coppola ha trasladado su admiración por esta tierra ante la presencia de una asturiana de honor como la reina Letizia, que hoy asistió al encuentro que el director estadounidense, Premio Princesa de Asturias 2015, tuvo en el Teatro Jovellanos de Gijón con cerca de 800 admiradores.

La Reina fue recibida a las puertas del teatro por la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, el consejero de Presidencia de Asturias, Guillermo Martínez, y la directora de la Fundación Princesa, Teresa Sanjurjo, poco antes de las 18:30 horas, mientras Coppola aún mantenía un encuentro con jóvenes cineastas y realizadores en un café anexo.

Tras reunirse brevemente con la Reina y saludar al músico Carlos Núñez, que cerró el acto, y a Maribel Verdú, protagonista de Tetro, uno de sus últimos trabajos, el director de "El Padrino" subió al escenario del Jovellanos, donde, desde un viejo sillón de cuero se sometió a las preguntas del público en compañía del director Rodrigo Cortés, que ejerció de hilo conductor.

Coppola, de traje gris y con un calcetín rojo y otro amarillo chillón, se mostró distendido en todo momento e incluso se arrancó con un "buenas tardes" en castellano que fue celebrado por el público.

No obstante, se ganó una ovación mayor cuando reconoció que no sabía muy bien en qué parte de Asturias se encontraba, -le tuvieron que aclarar que era Gijón-, pero que no le cabía duda de que el Principado se trata de una tierra preciosa, muy verde y montañosa.

Respondía así a la pregunta de si se planteaba rodar en el Principado, tal y como hizo hace unos años Woody Allen, otro de los cineastas que han recibido este galardón con "Vicky, Cristina, Barcelona".

"No lo sé, ciertamente, nunca había estado en Asturias antes", fue la respuesta dada por el director de "La ley de calle" antes de incidir de nuevo que "sin duda es una parte muy bonita del mundo".

A lo largo de una hora, Coppola respondió a preguntas como cuál había sido su experiencia más surrealista, a la que contestó que había tenido dos en el ámbito privado, pero que sólo se las podría contar a mujeres, o si tenía miedo al fracaso.

"Es algo muy útil porque te da un guantazo en la cara y te dice; haz algo mejor. No hay que tener miedo al fracaso porque es parte del éxito", ha contestado antes de que Maribel Verdú trasladase al auditorio su experiencia con Coppola con el rodaje de "Treto" y cómo el miedo que sentía por trabajar con este director sin saber inglés estuvo a punto de evitarle esta experiencia.

"Estar con ella para mi fue un placer y me encantó su papel", ha recordado Coppola, que durante su conversación con el público, que le despidió con una fuerte ovación, ya había advertido de que "todas las personas creativas tienen miedo, pero el miedo no me detiene".