El musicólogo, intérprete y director catalán Jordi Savall recibió hoy en Lisboa el premio europeo Helena Vaz da Silva y reivindicó el papel que la música desempeña para mitigar el conflicto y la violencia.

El galardón, que distingue a personalidades que contribuyen a promover el patrimonio cultural del Viejo Continente, fue otorgado por la asociación Europa Nostra y el Centro Nacional de Cultura (CNC) luso.

El músico catalán recibió el premio de manos del presidente del CNC, Guilherme d''Oliveira Martins, en una ceremonia celebrada en la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa.

En un discurso en francés, Savall destacó que la historia de la música es "importante" porque "simboliza la vida" y, metafóricamente, realzó que ha salvado a "millones de personas" en el mundo.

La música es un vehículo que ha servido para "resucitar" frente a los desmanes de la humanidad, en alusión a la violencia y los conflictos.

Nacido en Igualada en el año 1941, Jordi Savall estudió violoncelo en el Conservatorio Superior de Música de Barcelona para más tarde formarse en Suiza, en donde en 1974 accedió a la dirección de la Schola Cantorum Basiliensis, en Basilea.

En casi 50 años de carrera, se ha convertido en uno de los más destacados divulgadores de música antigua del mundo y ha grabado más de 230 discos con repertorios medievales, barrocos o renacentistas con especial interés en la música hispánica y mediterránea.

Savall también ha puesto en marcha proyectos como la Fundación Centro Internacional de Música Antigua o el festival de verano de la Abadía de Fontfroide, y ha trabajado como Embajador para el Diálogo Intercultural de la Unión Europea o Artista para la Paz de la UNESCO.

Según destacó la organización cuando fue anunciado el ganador, el premio fue concedido a Savall por su "contribución a la celebración de la historia multicultural de Europa a través de su rico patrimonio musical".

El galardón, que rinde tributo a la portuguesa Helena Vaz da Silva, periodista, escritora y europeísta fallecida en el 2002 a los 62 años, tiene como objetivo distinguir a un ciudadano europeo que durante su carrera se haya distinguido por la divulgación, defensa y promoción del Patrimonio Cultural Europeo.

En sus dos ediciones anteriores, el premio reconoció al escritor italiano Claudio Magris, y al escritor turco y Premio Nobel de Literatura turco Orhan Pamuk.