Durante la entrevista se disculpa por si ha podido cometer un posible acto de intrusismo. "No soy fotógrafa; soy contadora de unas historias que a mí me contaron", precisa la periodista Beatriz Rodríguez en la misma sala en la que cuelgan las 23 fotografías de diferente formato que dan forma a la serie "Waraos, descendientes de las estrellas". "Esto es un adelanto de un documental que espero poder mostrar el año que viene", precisa una profesional de la comunicación con casi tres décadas de experiencias radiofónicas y televisivas que se embarcará el próximo mes de septiembre por cuarta vez en un viaje que tiene como eje principal a los componentes de la segunda comunidad indígena más numerosa de Venezuela.

Rodríguez, que enseña "Waraos, descendientes de las estrellas" en el Espacio Tienda de TEA dentro de una iniciativa del Festival de Músicas Mestizas y +, asegura que en el audiovisual en el que trabaja quieres plasmar "cómo se transforma la comunidad de los waraos cuando sus miembros entran en contacto con la gran ciudad y, sobre todo, en qué circunstancias se da la vuelta... Hasta qué punto condicionan el retorno el alcoholismo, el virus VIH u otras enfermedades y cuáles son las reacciones de las personas que los reciben", relata Beatriz Rodríguez sobre las experiencias vividas en San Francisco de Walo. "Cuando me meto en algo apasionante dejo que me absorba... Trabajo al tun-tun y voy despacio, pero logro sacarlo adelante. El documental anterior, por ejemplo, lo centré en la India y tardé cuatro años en acabarlo", precisa en un instante de la entrevista en el que se conecta realidad y leyenda. "Hay un cuento que hace referencia a una mujer embarazada que se quedó atascada en una nube en un viaje hacia la tierra; un recorrido que sí pudieron completar sus hijos. De ahí, que a los waraos se les conozca como los descendientes de las estrellas", comentó Rodríguez sobre una comunidad que tiene un gran potencial para cualquier documental. "Me gusta transmitir a los espectadores una imagen dulcificada de la problemática que estoy narrando... Esta gente vive ajena a situaciones que a cualquier ser humano le puede generar incomodidad. Sin embargo, ellos son capaces de convertir la nada en algo vital en sus vidas".

La rutina en los palafitos -unas viviendas que están dentro del agua y que se apoyan en pilares- es lo que destila una aventura que Beatriz ha vivido en solitario. "El viaje en lancha hasta la zona en la que estoy desarrollando este trabajo dura seis o siete horas", puntualiza la impulsora de una experiencia en la que lo imposible siempre está bastante presente. "Los waraos creen que un cazador cayó en la tierra y que ellos son sus descendientes", concluyó.

Beatriz Rodríguez

"Waraos, descendientes de las estrellas" / MUMES 2015