Si extraviara la pasión que inyecta a sus frases, a sus proyectos, a sus amistades... Si por un instante quedara "huérfano" de ese temperamento que destila en sus conversaciones, Rogelio Botanz dejaría de ser él para convertirse en un tipo sin esencia que navega a la deriva, tal que el literario marinero Velasco ("Relato de un náufrago"), con solo un puñado de canciones como salvavidas. Por fortuna, Botanz es como el risco que queda al descubierto con la bajamar, pero que siempre está ahí aunque el mar oculte su presencia.

A estas alturas de la película, con casi cuatro décadas de residencia en este Archipiélago, no es nada sencillo localizar los ángulos guipuzcoanos de un creador que mañana, a partir de las 20:00 horas, recibirá el Premio MUMES 2015 en el transcurso de una velada que tendrá lugar en el Espacio Cultural CajaCanarias de la capital tinerfeña. "Me quito el sombrero ante los que recibieron este galardón antes que yo... Antonio Lozano, por ejemplo, es un ejemplo de interculturalidad de gran hondura... La historia de amor con mi mujer, que ya dura más de 25 años, empezó en su casa, pero es que allí, además, Taller Canario nos sentimos siempre bien acogidos. Lozano no solo es un magnífico escritor, sino un ejemplo de gestión cultural que posicionó al municipio de Agüimes en un lugar privilegiado", agradeció Botanz antes de comentar algunos de los logros de otros ganadores del MUMES.

"Lo de Amodou Ndoye -africano experto en literatura canaria- es un caso excepcional. Él es capaz de recitar de memoria toda la obra de María Rosa Alonso, pero es que viendo la cantidad de autores isleños que componen su biblioteca el único sentimiento que se puede experimentar es el de sonrojo por lo ignorante que somos", destacó un creador nacido en Legazpia que decidió anclar su vida a un archipiélago que cambió su vida. "Me baño en el prestigio de Antonio Lozano", insistió justo antes de realizar un guiño a otro galardonado por el Festival de Músicas Mestizas y + (MUMES). En este caso, se acordó de los "capotazos" que les echó en el pasado el periodista Juan Manuel Pardellas.

"Pedro dejó Taller Canario y enseguida conoció el éxito... Andrés Molina y yo, en cambio, nos quedamos y tuvimos que sacar adelante los últimos compromisos discográficos. De ahí salió Castillos de Arena. Pardellas apostó muchísimo por aquel proyecto hasta el punto de colocarlo como el disco del año. Lo más fácil habrá sido proponer Golosinas, pero su decisión fue la nuestra. ¡Coño, eso tiene mucho mérito! Yo me suelo fiar de la gente que tiene criterio", agradece un artista que no duda en decir que "una de las cosas que me apasionan es jugar y encajar otras músicas", sostuvo.

Más de dos décadas y media rastreando los cimientos del patrimonio canario (habla, música y otras cuestiones etnográficas) es el tiempo que Rogelio Botanz ha dedicado a una investigación de campo que está muy presente en sus producciones. "Yo he mamado la música como la vía de encuentro con otros mundos y paisajes sonoros", explicó un autor que tiene cuatro discos en solitario. De lo que ocurra esta noche en CajaCanarias, que Botanz define como un taller de mestizaje, hay algo que remueve el alma de Rogelio. "Vienen mis padres e incluso voy a cantar alguna canción con él... A los 81 años aún es un placer escucharlo", descubrió de un repertorio del que saldrán sus primeras interpretaciones. "Fue una habanera", dijo.

Rogelio Botanz

cantautor y Músico

Vea aquí la interpretación del tema "Como de agua" a cargo del cantautor Rogelio Botanz.