Hamburguesas y pasajes de la Biblia, chistes racistas y batidos de cinco dólares, humor, violencia y algo de improvisación salieron a relucir esta noche en la lectura dramatizada de "Pulp Fiction" dirigida por Carlos Vermut en el Cine Capitol.

José Coronado (Jules Winnfield) lo había advertido unas horas antes en la rueda de prensa: "Será una ceremonia en vivo, en la que podrá pasar cualquier cosa". Y fue mucho lo que pasó, deseado o no.

Grandes interpretaciones de Jorge Sanz como ''alter ego'' de John Travolta (Vincent Vega); de Elena Anaya, que no tuvo problema en pasar de Mia Wallace al Señor Lobo; y de José Sacristán, como el temible Marcus Wallace, el gran jefe.

Sirvieron para contrarrestar un formato difícil, bautizado como "One night only" por su carácter único e irrepetible, en que los actores ocuparon el escenario sentados en fila frente a sus atriles sosteniendo el guión, vestidos de negro, sin más escenografía que una pantalla que proyectaba fotogramas del filme de Tarantino.

La idea del espectáculo, producido por La Tropa, es jugar con la imaginación de los fans del filme original, recreando en su memoria sus mejores momentos, con una dosis de estilo propio.

Durante las casi dos horas que duró la lectura dramatizada, los actores permanecieron sentados, salvo en momentos puntuales, como cuando Anaya y Sanz ocuparon el centro con su peculiar versión del mítico twist de Vincent y Mia en el Jack Rabbit Slims.

Una versión en la que Vermut, que la mayor parte del tiempo ejerció de narrador y maestro de ceremonias a un lado del escenario, haciendo honor al estilo del propio Tarantino, se infiltró en la escena y se arrancó a bailar con ellos.

Lo que no ayudó fue la técnica. Problemas de audio -al parecer debidos a interferencias causadas por barridos de la Policía, según comentó el propio director de "Magical Girl"- causaron a todo el equipo y al público momentos de tensión no deseada, que no obstante se resolvieron con frescura en el escenario.

Sobre todo Vermut, que exhibió humor y espontaneidad en sus frecuentes interrupciones de la lectura para resolver dichos problemas, que en algún caso dificultaron la escucha de esos diálogos que lo son todo en "Pulp Fiction".

Los de Jules y Vincent sobre milagros, hamburguesas y masajes en los pies, pero también los de Vincent y Mia sobre silencios incómodos y maridos asesinos, o los azucarados momentos entre el boxeador Butch (Sergio Peris Mencheta) y su novia Fabienne (Bárbara Santa Cruz).

Entre los momentos álgidos estuvo también el de Jorge Sanz durante la escena de la sobredosis de Mia, recibido con carcajadas del público que prácticamente llenó la sala principal del Capitol.

La idea era festejar los 20 años de la película con la que Tarantino ganó la Palma de Oro en Cannes, se consagró como cineasta y conquistó a una nueva generación de espectadores.

"Pulp Fiction" renovó el género de gángsters con innovaciones como la mezcla de lo culto y lo popular, la violencia banal y humorística, el montaje fragmentado o, como comentó hoy Vermut, la ausencia de una gran trama en beneficio de los personajes "y sus minucias".

La película además marcó el inicio del auge del cine independiente en Estados Unidos y el cambio de las reglas del juego, al lograr que una producción de apenas 8 millones de dólares amasara más de 212 millones de recaudación en todo el mundo.

Y aupó a la gloria a actores en horas bajas como Bruce Willis, y sobre todo John Travolta. Quizá ahora sea el turno de Jorge Sanz.