Hay eventos que se repiten cada año, citas deportivas y culturales, de moda y gastronómicas, premios de todo tipo, certámenes, semanas de fotografía y noches de museos, pero si hablamos de glamour, elegancia, moda, lujo y sobre todo de cine, estamos hablando del festival de Cannes.

Los telediarios de todo el mundo se llenan estos días de imágenes del festival: preciosos vestidos, sobrios "smoking", la "Croisette" se inunda de paparazzi buscando a las estrellas, el puerto se llena de grandes yates y el Palais des Festivals de películas a la conquista de prestigio y de la preciada Palma de Oro... Pero hay otro Cannes.

El Palais y sus alrededores se llenan estos días de festival de "stands" de países de todo el mundo que promocionan su cinematografía y muestran sus territorios al mundo como el mejor lugar para rodar por localizaciones, precios, ayudas fiscales, climas, etc. Canarias ofrece sus deducciones fiscales y sus paisajes únicos, Sevilla muestra orgullosa como consiguió traer "Juego de Tronos", mientras el este de Europa compite con sus precios y sus estudios e Israel promociona su cine con una fiesta. Los países exhiben sus ultimas producciones y presumen de directores y actores. España exhibe su película fetiche "Ocho apellidos vascos" ( aquí se promociona como "Spanish Affair") enfrente Uruguay muestra sus producciones, un poco mas allá México ofrece un tequila a quien se quiera acercar a ver que han rodado este año y Rumania presume de los festivales ganados en los últimos años, las Film comission de cada país, territorio o ciudad muestran su mejor cara. Pero en Cannes no solo están representados los países sino que productores y distribuidores abren la persiana y ofrecen también sus últimos proyectos, en una esquina una productora ofrece su catalogo de acción, un poco mas allá otra nos cuenta que tiene los mejores documentales. Comedias, aventuras , dramas, cine político, infantil y de artes marciales, todo se vende y se compra, hay reuniones en los "stands" y en los restaurantes, pases privados para promocionar una u otra película, los hoteles se llenan de negocios y los largometrajes son los protagonistas. Mientras los actores acuden a los estrenos y los directores compiten por la Palma de Oro en miles de reuniones se decide que cine se verá este año, que películas comprará una u otra televisión, se cerraran miles de tratos y las películas empezaran a volar a países para hacer reír y llorar, para enamorar y entretener a los espectadores que mientras tanto ven en los telediarios como Benicio del Toro estrena "Sicario" en Cannes, ignorando que en ese instante alguien esta decidiendo en el mayor mercado del cine del mundo que películas llegaran a las salas de al lado de su casa.

Pero no todo en Cannes es negocio o "glamour", contratos de distribución o la gloria de ganar la Palma de Oro, Cannes es cine, cine de verdad. En medio de las estrellas, de las reuniones entre distribuidores y "majors", entre las fiestas en los yates y las deducciones fiscales, una legión de directores cuentan con pasión su proyecto a quien quiera escucharles.

Los productores les dedican unos minutos para que cuenten por que deben producir su proyecto y entonces los directores vuelven a ser los juglares de la edad media y cuentan con todo lujo de detalles su película, explican la importancia de la época elegida para situar la acción y por que la protagonista debe ser chica. El productor siempre tiene preguntas y sugerencias ( para eso es el productor) y puede preferir rodar en ingles y en la montaña que en español y en la playa y el director debe saber en que puede o no ceder ( todo ello en minutos) y sacrifica la playa pero no consiente en que el prota sea un chico. Se habla de tramas y de personajes, de como cerrar una historia, si ese personaje debe andar con muletas para añadir dramatismo o que los zombis que aparecen en una película sean verdes, se habla básicamente de cine.

En mi caso, por ejemplo, fui con un proyecto que se llamaba Uruguay y volví con la misma película titulada ahora Hawaii, tenía un productor rumano ( que siempre creyó en el proyecto) y vuelvo ( esto lo escribo desde el avión) con mi productor rumano y un nuevo productor esta vez americano, al que le ha encantado mi historia (pero no veía el final en Uruguay) y con un acuerdo con una productora de trailers para hacer el póster y el trailer de mi película. Además de una reunión en unos días con otro productor que a lo mejor nos pone algo de dinero. Solo me queda cerrar los otros millones de cosas pendientes, rodar la película y el año que viene traerla bajo el brazo para que los distribuidores la vendan o quizás incluso comprarme un "smoking" si el festival decide seleccionarla, el sueño siempre esta ahí... y ahora que lo pienso ¿ por qué no? soñar es libre y el cine es lo mas cercano que conozco a los sueños.

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