Se fue de España seguro de que esa era la mejor solución para iniciar el tránsito del mundo de la televisión al cine; un trasvase que le permitió rodar cinco películas en Rumania y otra en el país que le dio popularidad por ser el director de "Médico de familia" durante varias temporadas (1996-1999), un periodo en el que la serie protagonizada por Emilio Aragón y Lydia Bosch acumuló audiencias de entre 7,5 y 8,5 millones de espectadores y unas cuotas de pantalla del 43 al 48%. "No me marché cansado del éxito; me fui porque entendí que el cine que a mí me interesaba hacer no lo podía realizar en España", declara Jesús del Cerro en una conversación que se pactó en el corazón de Aguere.

"Compañeros", "Más que amigos", "Policías", "Un paso adelante" y, recientemente, "El chiringuito de Pepe" han sido otros títulos de éxito en los que de una forma u otra acabó colaborando un director y productor que tiene avanzado un proyecto cinematográfico en el que Canarias sería un enclave estratégico. "Es evidente que la industria está buscando ventajas fiscales parecidas a las que ofrece esta comunidad. Hace poco, por ejemplo, Robert Downey Jr. dijo que es probable que muy pronto acabemos rodando en la Luna si a cambio nos ofrecen unas compensaciones económicas", repite antes de usar como ejemplo el filme "Gangs of New York". "Rodar en la ciudad de Nueva York le devolvió a los impulsores de este proyecto 30 de los 100 millones de dólares de su presupuesto. Con esos condicionantes, y el peso de esta crisis, es normal que se busquen ubicaciones concretas para hacer cine", admite un empresario que acaba de sellar una alianza con la productora que prestó apoyo logístico a Ridley Scott durante la travesía canaria de su penúltima película ("Exodus").

Tres son las claves que aporta Del Cerro para explicar lo que está sucediendo en Canarias en torno a las grandes producciones. "El cine de hoy busca sitios que ofrezcan beneficios económicos, lugares que no sean demasiado conocidos y sitios que permitan cambiar de localizaciones sin tener que recorrer muchos kilómetros. Eso es algo que se puede hacer en Canarias y que lleva tiempo funcionando bien en Rumania... Allí, por ejemplo, los americanos encontraron un escenario privilegiado para sus intereses cuando rodaron "Cold Mountain" (2003), con Nicole Kidman y Jude Law de protagonistas".

El cineasta madrileño, ganador de un Gopo rumano -el equivalente a un Goya- por la dirección de "Nasa", dice que "los tiempos han cambiado y afortunadamente los directores extranjeros ya no vienen a España a buscar unos cientos de extras a cambio de dos pesetas, como sucedió en el pasado con títulos tan emblemáticos como Ben-Hur o Doctor Zhivago, sino que buscan un equilibrio perfecto entre calidad y buenos precios", reitera un creador que, de momento, está aprovechando su estancia en la Isla de Tenerife para iniciarse en una disciplina deportiva cuyo santuario está localizado en el litoral de El Médano.

Bucarest, Madrid y Canarias es el triángulo que piensa tratar Del Cerro con vistas a su próxima aventura cinematográfica, una trama que transcurre en los últimos días de Ceausescu -el dictador rumano que fue condenado a muerte en 1989 al igual que su mujer por unos delitos de genocidio- y en la que Del Cerro juega con dos escenarios antagónicos: el duro invierno rumano y el eterno paraíso soñado, representado por siempre cacareado seguro de sol canario, que persigue uno de los protagonistas de un filme que aún se encuentra en una fase muy temprana. "No es fácil hallar la financiación, pero la pata rumana la tenemos, la participación norteamericana también está casi asegurada -incluyendo el elenco de actores- y la parte que queremos desarrollar desde Canarias también está muy adelantada", avanza un profesional que presume de haber realizado el camino a la inversa.

"La crisis está generando unos vasos comunicantes entre el cine y el mundo de la televisión", incide el Jesús del Cerro cuando intenta explicar que "hace 20 años los actores no hacían castings para series porque creían que era muy cutre. Hoy, en cambio, han encontrado en este medio una solución para combatir la falta de trabajo", dice en una secuencia de la entrevista en la que habla de la metamorfosis que se está dando a la hora de diseñar una teleserie. "Vis a vis o Sin identidad son dos ejemplos de series españolas que hace unos años eran inviables. De hecho, son capaces de batirse el cobre con un proyecto más nacional como puede ser La que se avecina", compara.

Sobre las razones que aseguran que un guion tenga una buena acogida, Del Cerro afirma que "si conociera cómo llegar al éxito sería millonario; no hay nada que garantice triunfar. Un director se puede preguntar por qué gusta un producto y por qué no es aceptado otro que tiene unos puntos de partida que son muy parecidos... Hace tiempo que en España una serie no necesita crecer en torno a un padre, un hijo y un abuelo, pero ese esquema es el que nos trajo hasta aquí".

Jesús del Cerro

Director y productor de cine y televisión