La coreógrafa y bailarina madrileña Tania Arias está viviendo una nueva etapa en su carrera profesional, en la que desarrolla un tipo de danza más personal, aunque utilice a los demás para ello. Esta artista, que ha impartido un taller en el Laboratorio de Artes en Vivo (LEAL.LAV), presentará hoy su espectáculo "Bailarina de fondo en concierto", a las 21:30 horas, en la sala de cámara del teatro Leal.

"Es un proyecto en el que he escogido a una serie de personas que aprecio y he iniciado una serie de diálogos con ellos. A algunos los conocía, a otros no. Son bailarines, coreógrafos, artistas visuales, actores o dramaturgos. Cada diálogo ha dado como resultado un tema dentro de ese concierto. Lo que presento es una colección de temas, de bloques, cada uno de los cuales es un diálogo con alguien. Es como un concierto con varias canciones, pero con mi lenguaje, que tiene ver con el movimiento y la danza".

La obra que presentará, con una duración de cerca de dos horas, refleja la tendencia que marca la danza de esta coreógrafa que intervendrá acompañada por el bailarín grancanario Mauricio González. "Aparece en algún momento. Me ayuda con las luces y en algunos temas componemos en directo. Hay música, palabras, voz. El cuerpo lo entiendo con todas sus posibilidades, no solo el movimiento, sino sonoras. En algunos temas también hay música de Bach, una composición de la canaria Alicia Alemán, sonidos de campanas, latas rodando..., depende de cada diálogo, en otros nada".

Esta profesional, que ha colaborado con Víctor Ullate, Mónica Valenciano o Mathilde Monnier, considera que la danza "es un medio que puede ser muy potente de expresión en vivo con el cuerpo y su presencia", aunque a veces no puede controlar lo que quiere transmitir. "No es algo que tenga muy pensado. No lo tengo muy elaborado. Las cosas, a veces, suceden muy a mi pesar. Paso por diferentes universos. Todo esto es una búsqueda para encontrar hacia dónde voy".

En este sentido, matizó que "hace unos años no estaba bailando prácticamente y esto fue un proyecto para salir de esa sensación de bailarina en extinción que me estaba sucediendo. Entonces llamé a artistas que aprecio mucho y me puse en movimiento, y está sucediendo algo potente que no sé explicar muy bien. Quizás otras personas tendrían que juzgar qué es lo que transmito. Lo que me gusta es que el cuerpo sea capaz de generar música, que sea capaz de generar unos estados emocionales. Te hace botar, te alegra..., creo que la danza también. Es un cuerpo en movimiento y el que sepa manejar bien las herramientas también puede llegar a eso".

La improvisación también es un aliado de esta creadora de movimientos y expresiones corporales. "Es muy importante entendido como un andamio. No es una improvisación completamente libre. Es un camino que ya está surcado y dentro de él se afina esa escucha en el presente con el espacio y tu propio cuerpo. Sí que hay cierta improvisación, pero no es total, es pautada. Cada tema tiene sus recorridos, sus lugares por donde pasa, unos cuerpos que no están en la misma posición".

Tania Arias, que ha practicado danza clásica, aseguró que actualmente hace danza sin más, aunque se acerca a la contemporánea. A ella le atrae experimentar nuevos lenguajes e investigar sus resultados. "Es lo que estoy haciendo continuamente con este proyecto. Quiero salir de los lenguajes que me conozco, que mi cuerpo sabe y por eso me pongo en relación con otras personas para llegar a otros lugares y, posiblemente, a otros lenguajes, otras maneras de expresión. Al ponerte en diálogo la gente sacará algo de ti, entonces aparecen otras presencias diferentes. Es un poco la intención de Bailarina de fondo con concierto. He escogido a gente muy diferente, que no me había visto nunca bailar, para hacer un experimento y ver a qué cuerpo llego con cada uno de ellos".

Esta intérprete de sentimientos y sensaciones incidió en la idea de que hasta hace muy poco "tenía la sensación de ser una bailarina en extinción, como que he trabajado mucho con mi cuerpo con grandes creadores, con técnicas muy diferentes, pero realmente he empezado, no hace tanto tiempo, a hacer cosas por mi cuenta y es un poco un grito para no desaparecer. Todavía no tengo esa distancia para poder definir lo que estoy haciendo. De momento es un concierto con temas en el que busco que aparezcan diferentes Tanias. Esa es mi búsqueda y mi instrumento es la danza. Ahora exploro".

Con respecto a los cambios ocurridos en la danza en los últimos tiempos en España, comentó que "por la situación del país es como la plaga del yo. Hay millones de solos y creo que es porque cada vez ha habido menos apoyo. Te hablo desde Madrid. Esto no ha sido alimentado. Hay mucha gente sola haciendo su trabajo e intentando esta búsqueda con lo personal. Es un cambio claro que a mí también me ha tocado y lo acepto. Ahora estoy embarcada en esto y me parece muy rico, porque me he inventado una manera de continuar y ver que, en el fondo, no estoy completamente sola".