Los canarios Julio Blancas (Gran Canaria, 1967) y Carlos Nicanor (Gran Canaria, 1974), dos de los artistas más destacados del panorama insular actual, sienten cierta admiración mutua por sus respectivas obras, motivo por el que se han aventurado a experimentar una especie de trasvase de ideas e influencias entre sí para crear algunas obras en común.

El resultado de esta aventura, que comenzó hace ya dos años, se ha materializado en la exposición titulada "Ósmosis. Blancas + Nicanor", que se inaugura hoy, en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) de Santa Cruz, donde permanecerá abierta hasta el próximo 7 de junio.

La muestra reúne más de una treintena de obras, entre esculturas, dibujos sobre poliéster, aluminio, tela e instalaciones, en su mayoría de nueva creación, aunque algunas de ellas pertenecen a series realizadas hace varios años por los artistas. Estas piezas acercan al espectador, en parte, a los orígenes de las estéticas de los autores.

Esta iniciativa está comisariada por el director de la Galería Artizar de La Laguna, Frasco Pinto, y la licenciada en Historia del Arte y componente del Consejo de Patronos de la Fundación Pedro García Cabrera, Dalia de la Rosa, quienes presentaron ayer la colección junto a los artistas, el consejero de Cultura del Cabildo, Cristóbal de la Rosa, y el director de Acción Cultura y Social de la Fundación CajaCanarias, Álvaro Arbelo, además de la conservadora de TEA, Yolanda Peralta.

''Ósmosis. Blancas + Nicanor" es un proyecto, según sus promotores, "que nace del acercamiento estético y conceptual que han desarrollado los autores. Sus intereses plásticos les llevan por una senda común, y sus trabajos desde el inicio del proyecto se han confrontado hasta alcanzar un equilibrio osmótico. Así, la línea escultórica de Carlos Nicanor es original y entronca con los orígenes de la escultura de excelencia del archipiélago aunado con una visión profundamente contemporánea. Mientras, Julio Blancas da una vuelta de tuerca a sus trabajos en grafito, y hace que la línea de sus nudos gordianos supere la barrera del papel y la superficie de las parabólicas para convertirse en objetos cuya tridimensionalidad dialoga con el espacio".

Esta propuesta expositiva invita al espectador a profundizar en las claves que definen el acontecer creativo de los dos artistas, además de establecer las fronteras que limitan y caracterizan cada una de sus poéticas.

Como bien aclaró la comisaria Dalia de la Rosa, el nombre de la exposición, Ósmosis, "muestra el significado de esa membrana permeable de las obras de ambos artistas, que se van contaminando entre sí. Es la mutua influencia".