Dejó su isla natal hace casi dos décadas para estudiar aparejadores en La Laguna, pero siempre que puede regresa a El Hierro para colaborar en alguna actividad cultural. Integrante de la banda tinerfeña GAF y La Estrella de la Muerte, Alejandro Padrón Casañas se acaba de enrolar en una aventura que vivirá su primer episodio el próximo jueves con la actuación de Abubukaka en el Casino de Valverde.

Padrón Casañas pretende dinamizar la vida cultural de una sociedad que el próximo año cumplirá 100 años. "La idea es generar un par de actividades al mes para que se vaya creando una audiencia en torno a una programación", avanza el gestor cultural sobre una iniciativa que pretende rescatar el peso que tuvo esta sociedad en la que en su día fue la Isla del Meridiano. "Poco a poco se perdió esa conexión entre la sociedad y el Casino. Al menos, desde la parcela cultura. No es que no se hiciera nada, pero lo poco que se programaba tenía que ver con alguna festividad, pero ahora la idea es otra. Estoy convencido de que esta puede ser una buena oportunidad para dinamizar la vida cultural de la Isla", dice Alejandro.

Abierto a todas las artes escénicas y el mundo de la cultura. Ese es el punto de partida que utilizará Padrón Casañas para tejer una agenda cultural en la que el jazz tendrá un gran peso. "Sabemos el valor que tiene ese género en El Hierro y, por lo tanto, se puede construir algo interesante... Pero también existe una zona habilitada para las exposiciones", adelanta sobre una hoja de ruta en la que también cabe el cine. "La idea es abrir el abanico artístico con el propósito de construir una agenda lo más variada dentro de lo que permitan nuestras posibilidades... Los problemas de El Hierro son iguales a los de las otras Islas, pero allí el terreno es más pequeño, es decir, que los índices de paro también son muy elevados", refleja este joven emprendedor. "Precisamente, una de las razones por las que me he metido en este proyecto está conectada con las dificultades laborales que existen en el sector en el que me he formado", confiesa Padrón Casañas justo antes de valorar uno de los principales inconvenientes que acechan a esta iniciativa: crear una audiencia de pago.

"Lo más difícil será convencer a la gente de que hay que pagar por consumir cultura... Esa no es una tarea sencilla. No lo es porque si en Tenerife cuesta mucho que el público pague por acudir a un concierto, mucho más complicado es provocar esa reacción en una Isla que tiene poco más de siete mil habitantes", aclara sobre unas actividades que serán accesible a todos los bolsillos. "El reto es bonito, pero necesita de la implicación de todos para que pueda salir adelante. Sin ese respaldo la aventura será complicada", dijo.

Alejandro Padrón Casañas

gestor cultural / Músico