Dentro de unos días volverá a Tenerife para participar en la gala de los Premios Cadena Dial. Viene con un álbum de recuerdos ("The best of Tiziano Ferro TNT") y trece años de carrera en su equipaje. "Mi deseo es que el próximo disco sea el primero de una etapa sorprendente", asegura el italiano Tiziano Ferro (1980) en referencia a una actividad artística a la que pretende dar un nuevo giro "El objetivo siempre es ir hacia arriba; no retroceder", puntualiza un hombre que cambió sus estudios de Ingeniería y Ciencias de la Comunicación por el mundo de la interpretación.

Su último disco es una especie de inventario musical con el que pasa revista a los mejores instantes de su vida. ¿Eso es un síntoma de madurez?

Algo de madurez sí que hay, pero trabajo todos los días para seguir mejorando. La idea de hacer este recopilatorio fue mirar al pasado antes de cerrar un capítulo importante de mi vida, es decir, aprender de todo lo que he hecho hasta ahora para seguir adelante.

¿Esa "ruptura" significa que a partir de ahora vamos a encontrar a un Tiziano Ferro distinto?

Algo así; quiero experimentar con el sonido. Mi deseo es que el próximo disco sea el primero de una etapa sorprendente.

¿Qué margen de maniobra tiene para sorprender a su público?

Cuando te lo pasas bien con lo que hace ese margen es inagotable. Yo no vivo la música como una situación estresante, sino como un estímulo que me ayuda a buscar nuevos retos. Me encanta la idea de tener un folio en blanco delante de mí para poder jugar con la composición. Me inspira trabajar en un cuarto completamente vacío y empezar a decorarlo con unas canciones. Para mí es un privilegio trabajar en algo que es mi primera pasión.

Hablando de pasión: su primer álbum en España fue "Rojo relativo". ¿Cómo ha evolucionado su carrera en los últimos 13 años?

Cuando empiezas muy joven en el mundo de la música los cambios son inevitables. Sobre todo, si quieres estar en este mundo un tiempo más o menos amplio. Mi música siempre fue muy transparente. Además, la voz es lo último que desarrolla el ser humano. Eso es algo que depende muchísimo de la salud y del equilibrio mental del cuerpo, por lo tanto, es normal que haya cambiado. El objetivo siempre es ir hacia arriba; no retroceder.

Ese álbum llegó con el plus de que Tiziano Ferro era el nuevo valor de la canción italiana, e incluso, lo señalaron como el sustituto de algún que otro artista. ¿Fue difícil buscar su espacio entre tantas comparaciones?

Más que una presión, fue un verdadero halago que me incluyeran en una lista en la que había grandes intérpretes de la canción italiana. Mi música es fruto de la globalización, pero todos somos prisioneros de nuestras raíces.

Y el tiempo parece que le acabó dando la razón, ¿no?

Cuando analizo todo lo que ha pasado en este tiempo me quedo con la idea de que al final he conseguido más cosas de las que esperaba... Yo aparecí en un momento en el que la música que hacía no estaba de moda en Italia y nadie se atrevió a firmarme un contrato durante más de dos años. Luego, una vez salió el disco, recuerdo que no era consciente de todo lo que estaba pasando porque no fue algo planificado... Los que tomaron esa decisión por mí fueron las personas que quisieron creer en mi música. Yo solo me despertaba cada día en una ciudad diferente con noticias que apuntaban a que el disco estaba funcionado en Alemania, España o Francia. Si le digo la verdad, yo estaba muy despistado. Ahora lo disfruto más porque he aprendido a valorar todo lo que rodea un concierto.

¿Hoy en día el sello Tiziano Ferro está más que definido?

Me encanta lo del sello (sonríe)...

¿Sello o marca?

Sigo empeñado en ser una persona sola, es decir, que no tengo cuatro o cinco versiones de Tiziano Ferro que uso según me convenga. La honestidad es algo que siempre ha tenido un valor muy determinante en mi vida, tanto en la parcela personal como profesional... Eso es lo que genera la transparencia de la que hablé con anterioridad. En mi música no hay espacio para la mentira, es decir, cuando no sé contar la verdad me suelo callar... Además, no soy bueno manejando dos o tres versiones de mi personalidad. Yo prefiero quedarme con mis defectos e imperfecciones, pero respetando mi versión original. En ese sentido, me cuesta menos aceptar que no soy perfecto que negar mis errores.

¿Qué tiene la "escuela" musical italiana que la hace ser eterna?

En un mundo tan globalizado en el que el mercado de la música está tan definido, al igual que el resto de los productos que se consumen en él, salir de un país tan pequeño, si lo pones en relación al resto del mundo, implica una gran dificultad porque hay que realizar muchos esfuerzos para que el público se acabe fijando en ti. La cultura italiana, como la española, se reconoce en todo el mundo porque tiene carácter y viene dada por una tradición milenaria. No me preocupa ser el mejor o mejor que otros, ya que mi propósito es trabajar día a día como si fuera el primero... En cualquier caso, mi intención no es abrir ninguna comparación con otros cantantes porque cada uno tiene su personalidad.

Usted sabe lo que es ganar un Italian Music Award, el Festival de San Marino, un Billboard Latin Music, un MTV Europe Music Award o un Premio Cadena Dial... ¿Se puede seguir pegado al suelo después de tantos premios?

Lo que me gusta de ganar un premio es lo que está detrás de esa mención, es decir, toda la labor que se hace para dar forma a un disco y también que haya gente que se sienta identificad con las historias que canto. Me encanta que se apoderen de ese mensaje para hacerlo suyo porque esa es la idea con la que nace una canción: la música se hace para ser compartida y lo que menos importa es la habilidad que tengan algunos de reproducirla porque lo decisivo es que sientan la letra. Yo he encontrado una manera de comunicar mis sentimientos a través de la música. Esa es mi mejor versión. Al menos se me da mejor que hablar... No sería sincero si dijera que no me gustar ganar. Eso forma parte de la naturaleza humana y el que diga que no le gusta que reconozcan su labor miente.

¿Dónde se siente más cómodo componiendo o interpretando?

Son dos procesos completamente distintos. Yo nazco como autor y para mí no hay un lugar más seguro que el estudio en el que compongo las canciones que luego intento levantar en un disco. Lo reconozco: Soy un ratón de laboratorio. Al final del proceso necesitas comunicar al público lo que has hecho y no queda más remedio que salir ahí fuera, pero la satisfacción del proceso creativo es enorme. Es distinta al instante en el que ya has entregado una canción al público. Si tuviera que elegir entre una u otra faceta tendría que crear una media que me permitiera vivir en equilibrio entre esas dos facetas. Disfruto al máximo dando forma a una composición, pero soy cantante y el lugar natural de un cantante está en un escenario.

Vea aquí el videoclip "Perdono" interpretado por el cantante italiano Tiziano Ferro.