Sibila fue una profetisa de la mitología clásica. Por ella se llama sibilas a las mujeres con capacidad de profetizar y conocer el futuro. Tal interés despertaron las sibilas a lo largo de la historia que el mismísimo Miguel Ángel pintó, en la bóveda de la Capilla Sixtina, a cinco de ellas.

En la actualidad, el adjetivo sibilino sigue siendo utilizado y es sinónimo de misterioso, indescifrable, enigmático o hermético.

En los últimos meses volvemos a hablar de Sybilla pero, esta vez, hablamos de una muy concreta: la diseñadora Sybilla Sorondo. ¿Pero, quién es y por que es tan comentada su vuelta a la moda?

Hija de padre argentino y madre polaca, Sybilla nace en 1963 en Nueva York y se traslada aún muy joven a Madrid. Desde muy temprano se interesa por la moda y en 1980, con apenas 17 años, se va a París, como aprendiz en el taller de costura de Yves Saint Laurent. Vuelve a Madrid y presenta, con tan solo 20 años, su primera colección: 40 vestidos, hechos a medida, casi todos para amigas, con telas que la diseñadora había encontrado en el rastro, retales y sobras de viejas tiendas. Así también hizo su primera colección Kenzo y ello me hace pensar que cuando uno quiere de verdad, y tiene talento, puede tener éxito con muy poco.

Esa primera colección, presentada en 1983, tuvo muy buena acogida y Sybilla recibió varios encargos de prendas a medida. Aunque inicialmente su deseo era hacer solamente piezas únicas, en 1985 lanza su primera colección de prêt-à-porter en Barcelona. A partir de ese momento, firma contratos de licencia y empieza la producción industrial de sus colecciones, que son comercializadas en grandes almacenes en todo el mundo.

Relacionada con la movida madrileña, ha colaborado con el vestuario de algunas obras de cine y ha ideado el estilismo de obras de teatro. Artista multidisciplinar con un gusto exquisito para la decoración, para los objetos y para el arte, ha creado zapatos y accesorios para su marca y ha colaborado con otras tantas a lo largo de su carrera.

En 1987 abre su tienda en la conocida calle Jorge Juan, en Madrid, en la que puede dar alas a su creatividad también en la decoración. Se cuenta que, cuando llovía, salía a teñir los charcos de la calle de colores. En febrero de 1988, con tan solo 25 años, recibió la Aguja de Oro y el Premio Balenciaga, de la mano de la Reina Sofía. Ese mismo año desfila en Milán y su nombre aparece en revistas internacionales como The Face, The New Yorker, Vanity Fair y en las ediciones francesa e italiana de la revista Vogue.

Su llegada a Japón era solo una cuestión de tiempo y su acogida en el mercado japonés no podría haber sido mejor. En 1989 presenta en Tokio la colección "Aeropuerto", en la que hace un guiño a su alucinante ritmo de vida y, quizás, ya un cierto descontento por ello. También lanza un perfume y una línea de cosméticos para Shiseido, que se comercializa exclusivamente en Japón.

En 1990 desfila su colección de invierno en Madrid, Milán y Tokio. La colección marca un hito en su carrera, con patronajes complejos y materiales de gran calidad. La prensa la define como la heredera de Balenciaga.

En los años 90, con la apertura de su primera tienda en París, decide dejar los desfiles y crea a Jocomomola, una línea joven y divertida que también tiene gran éxito en Japón. En este período se inaugura en el Palais Galliera, en París, una exposición en la que ella participa junto a nombres como Vivienne Westwood, Jean Paul Gaultier y Martin Margiela, entre otros grande diseñadores. Es el reconocimiento internacional de su trabajo. Para su centenario, Louis Vuitton pide a varios diseñadores que creen un bolso utilizando su clásico monograma y Sybila crea, en 1996, una original mochila con paraguas incorporado para la marca. En este mismo año, crea el traje España que será uno de los más reconocibles de toda su carrera.

Una vez más creando para sus amigas, que le pedían vestidos de noche para acudir a eventos y fiestas, su línea de trajes de noche se presenta en el 2000, en París, pero en 2005 se separa de su firma, vendiendo gran parte de la empresa y cediendo su gestión.

Siempre reacia a las entrevistas y a las apariciones públicas, se retiró en su casa de Mallorca, donde creó un centro de estudios dedicado a la sostenibilidad y a la transformación social. Durante su retiro, sus piezas han estado en dos exposiciones de moda contemporánea en el Museo de las Artes Decorativas de París, junto a otras de Gaultier o Lacroix. En 2014 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, lo que seguramente la ha animado a volver a la moda. ¡Bienvenida!

Hablando de moda

Después de años de retiro, Sybilla vuelve a la moda con la apertura de un estudio de trajes de novia y vestidos a medida, en Madrid, y con una "pop-up store" en El Invernadero de San Lorenzo -calle San Lorenzo, 11- también en la capital, programada del 9 al 19 de abril. En ella encontraremos la colección primavera-verano 2015 que presentó en París y en Nueva York, así como accesorios, objetos de decoración y ropa de hogar.

Una cita ineludible para los que echaban de menos a esa fantástica diseñadora, llamada "la perla del diseño nacional" por la revista S Moda, así como para los que no han tenido todavía la oportunidad de conocer su trabajo.