Libertad, imaginación y pensamiento son algunas de las palabras utilizadas por cuatro alumnas de nueve años del colegio Montessori de Santa Cruz para describir la sensación que les produjo la obra de Martín Chirino que vieron en la exposición abierta, hasta el 31 de enero, en la sala de la Fundación CajaCanarias en la capital. Allí participaron en un taller didáctico y realizaron sus propias esculturas con goma espuma, a las que dotaron de color y formas "chirinianas".

El Señor de las Espirales, uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional y único referente vivo del grupo El Paso, donde militó con Millares, Canogar o Serrano, es el protagonista de la retrospectiva "Martín Chirino. Crónica del viento", parte de cuyas obras también se exhiben en la sala de CajaCanarias en La Laguna.

La muestra, que estará complementada la próxima semana con dos conferencias sobre su obra y un ciclo de representaciones de un espectáculo teatro-musical dirigido a los escolares basado en su vida, está integrada por más de setenta piezas, la mayoría esculturas, además de algunas pinturas realizadas con técnica mixta.

El recorrido propuesto por su obra comienza con una pieza emblemática, "Reina negra" (1952), realizada con madera de limonero y piedra volcánica ocre. A partir de ahí, el espectador se introduce en los homenajes del artista a sus admirados maestros El Lissitzky y Julio González, para derivar en series como "Aeróvoros", "Raíz", "Espiral del viento", "Ladies", "Paisaje", "Máscaras africanas", "Alfaguara" o "Crónica del siglo XX", entre otros motivos que fraguó con ahínco a golpe de martillo a lo largo de su vida al ritmo del viento.

El propio artista se mostró apasionado con la exposición, que le ayudó a rememorar gratos recuerdos. "Es una exposición apasionante. Está bien concebida la idea. Para mí fue emocionante enfrentarme a piezas que no había visto hacía muchísimo tiempo, y me llevó a un punto de reflexión importante. Aunque estoy en mi Finisterre, ya voy a cumplir 90 años, me dio un gran aliento, como nuevas ganas de trabajar y seguir adelante".

Toda una vida está reflejada en esta retrospectiva que recuerda la valía de este hijo de las islas que en los años 50 del siglo pasado ya vivía en Nueva York, donde impactó su peculiar lenguaje plástico vanguardista repleto de preguntas que ha contestado a través de sus admiradas esculturas.

"En realidad, todo eso es un relato que responde a diferentes momentos vividos por mí. Es toda mi historia. Los artistas nos vamos impresionando con cosas que suceden, porque ya sabes que el arte, realmente, es siempre un referente del tiempo en el que ocurre. Si no es una crónica, sí es el resultado. Es lo que ocurre y el hombre lo interpreta de diferentes maneras, pero todos nosotros, la mayoría, estamos haciendo referencia a los tiempos vividos y a lo que nos preocupa".

Chirino ha recorrido un largo camino colmado de reflexiones que han ido desentrañando poco a poco su pensamiento, y sigue adelante. "Por mucho tiempo que viva y mucho trabajo que siga haciendo, aunque de manera más lenta, diría que es más bonito ahora porque es más de reflexión. Es pura reflexión y hay en todo como un extraño entendimiento entre el herrero y el escultor, y ahí vamos llegando siempre a conclusiones que me gustan mucho. Hay un diálogo perfecto entre dos personajes que yo llevo, el escultor y el herrero. Ambos tienen razón, pero a la vez hay pequeñas contradicciones, que son apasionantes. Algo que te dice busca más, busca más".

Para este veterano escultor, que ha contribuido activamente a renovar los lenguajes plásticos, la historia de los artistas en siempre la misma. "Vas buscando y aquello que vamos encontrando, cuando te sientas, reposas, lo miras realmente y empiezas a darte cuenta de que todo está curtido dentro de un entramado intelectual, mental, y sobre todo, sentimiento, porque el arte es pensamiento, pero también tiene mucho de sentimiento".

Este prestigioso artista, que consiguió "poner en pie" con su obra a las espirales canarias, reiteró que "es evidente que el centro de toda mi obra ha sido la espiral. En mi obra me he basado en la investigación de lo que dejaron nuestros aborígenes. Es alentador para mií que algo que es una reminiscencia tan primitiva como tenemos haya conseguido realmente tener esa importancia dentro del universo de la contemporaneidad".

Este maestro de la escultura explicó: "La última espiral la encontré en El Paso, en el Lomo de La Fajana. Hay una maravillosa que está circunscrita en una roca basáltica. Me emociona y la verdad es que he intentado reproducirla ahora, en este trabajo que hago de espirales de plomo sobre papel. Es un trabajo mixto. No es un cuadro, tampoco un relieve y tampoco una escultura y, sin embargo, hay una materia evidente, como es el plomo forjado. Es un trabajo con mucha fuerza. Es un papel que tiene presencia, los marcos son de hierro y la escultura es de plomo. Es tan evidente todo, y además crea una fuerza y tiene una presencia nueva a la hora de desarrollar el arte".

Da la impresión de que las nuevas generaciones canarias que se acercan a Chirino aprecian su obra. Así lo indicaron Elena, Ángela, Alicia y Lucía, alumnas del colegio Montessori: "Quería contar cómo el viento mueve la arena y hace que se creen formas. Es como si todo fuese sin sentido. Me sugiere libertad, imaginación, pensamiento. Es una escultura libre, suelta. Me gustan como son, haciéndolo africano. Me relajan. Cada uno puede pensar lo que quiera. Me sugiere el espacio, el cosmos. A mí un zapato, a mí un tobogán", indicaron con respecto a la pieza titulada "Alfaguara".

La simbiosis viento-espiral. "Es una licencia poética. El viento en la playa de Las Canteras soplaba en la arena y eran espirales que subían. La arena circulaba en redondo en el espacio..." .

Martín

Chirino

escultor

y pintor