No deja a nadie indiferente. Antonia San Juan representa ese tipo de personalidades capaces de convocar encendidas pasiones como también de provocar los más airados reproches.

Este viernes, a partir de las 20:30 sobre las tablas del teatro Guimerá, estrena en compañía de Félix Navarro y Luis Miguel Seguí su obra "Lo malo de ser perfecto", primer montaje escrito enteramente por la artista canaria y que lleva el sello de su dirección.

Tal ha sido la expectación generada que las tres representaciones programadas inicialmente se han ampliado hasta cinco funciones (una el viernes; dos el sábado, a las 20:00 y las 22:30, y otras dos el domingo, a las 18:00 y 20:30 horas), circunstancia que a San Juan le procura "tranquilidad y seguridad", porque sostiene que estrenar en Canarias, su tierra natal, supone "venir con el pescado vendido", en la medida que el público la acoge siempre "con la intención de pasarlo bien, no con la mirada de quien viene a juzgar".

Desde su salida a escena en rueda de prensa y fiel a su papel natural, la artista desbordó espíritu crítico. Con su particular carisma, Antonia San Juan admitió sin reparos que el Guimerá es su teatro favorito en las Islas, censurando cómo su ciudad natal, Las Palmas, no le da la oportunidad de interpretar "ni en el Galdós ni el Cuyás", los dos grandes foros.

Desde su humor crítico, la artista no deja "títere con cabeza" y refiriéndose a los que van "con la verdad por delante, como los burros", recordó que para vivir en sociedad también resulta necesaria "cierta censura".

Precisamente, el espectáculo que trae San Juan a Tenerife, con el que iniciará una gira por las Islas que se prolongará hasta finales de abril, está concebido a partir de cuatro piezas, "cuatro historias muy diferentes", a la manera de "un plato combinado" que en su opinión resulta "más divertido" y llevadero que una representación con principio y final.

Una galería de hasta diez personajes interpretados por la actriz, junto a Luis Miguel Seguí y Félix Navarro trasladan al espectador perfiles reconocibles como el del cuñado, la suegra, el vecino, una amistad íntima... Los temas resultan recurrentes: el amor, la soledad, la mujer, el maltrato..., a partir de unos episodios independientes, pero entrelazados por un mismo hilo conductor.

San Juan explica que la primera de las historias tiene que ver con una pareja que se cita a ciegas; la segunda retrata a dos yonkis, uno de los cuales lee a Baudeleire y describe la deserción de lo social; la tercera presenta a dos hermanos que no se hablan y se encuentran en un centro de salud y la historia final está ambientada en la década de los cincuenta del siglo XX, con unos personajes que hablan del futuro y muestran cómo finalmente no ha cambiado nada.

Como ejemplo de que "no hay evolución", San Juan se refirió a la cantante Rihanna, que "va de moderna porque enseña y se pone a cuatro patas y a la que luego le parte la cara" su novio.

Y como no se calla "ni ante Dios" porque ha comprado su libertad, afirma que solo cambiarán las cosas cuando "tengamos la humildad de no mirar para otro lado", pues no para de denunciar que las mujeres que sufren maltrato "son víctimas de su propia ideología".