El Museo Frans Hals de Holanda expone por primera vez desde hoy las emociones de la pintura holandesa del Siglo de Oro (XVII), a través de algunos de sus maestros como Rembrandt, Pieter Lastman, Jan Steen, Frans van Mieris y Frans Hals.

La exhibición bajo el nombre "Emociones: El dolor y el placer", que estará expuesta hasta febrero de 2015, recorre sentimientos como el sufrimiento y la desesperación, el amor y la lujuria, el júbilo y la alegría, que revelan la manera en la que los pintores del Siglo de Oro creaban representaciones creíbles en movimiento.

Con más de 50 obras, la exposición permite cuestionar si "la cara es de verdad el espejo del alma", además de mostrar "los métodos utilizados por los pintores holandeses" de este periodo para transmitir emociones, informaron los organizadores.

"El arte no se crea sólo para contemplarlo, sino también para producir emociones", matizó en declaraciones el comisario invitado, Gary Schwartz.

Según explicó Schwartz, con una larga trayectoria como historiador de arte, la capacidad de transmitir todos estos sentimientos es posible gracias "al contexto, la historia que encierra la pintura, el lenguaje corporal de los personajes y sus expresiones fáciles realistas".

La expresiva muestra es el resultado de donaciones procedentes de colecciones privadas y de museos como el Rijksmuseum de Amsterdam, el Mauritshuis de la Haya, el Central de Utrecht, o el Bellas Artes de Estrasburgo.

Entre una de las donaciones más importantes los organizadores destacaron el "El Mulato" (1628-1630), pintura icónica de Frans Hals, cedida por el Museum der bildenden Künste de Leipzig (Alemania).

Para el museo holandés, otra obra destacada, y a su vez menos conocida, es la creada por Jan Miense Molenaer en 1639, "El Cristo monumental coronado con las espinas".

Así, la exhibición refleja el deseo de Hendrick Goltzius con su obra "Venus y Adonis" (1600), la desesperación de Cornelis Pietersz Holsteijn con "Venus y Cupido lamentando la muerte de Adonis" (1647), la alegría de Frans Hals con "Los regentes de casa vieja casa de limosnas" (1664) o la ternura de Aerent de Gelder con "Lot y su hija" (1680-1690).

Sin embargo, "una de las emociones más recurrentes por los pintores era la de la dolencia física", explicó Schwartz, como se contempla en las obras "La operación cabeza" (1624-1625) de Rembrandt o en "La muerte de Lucrecia" (1679) de Frans van Mieris.

Durante el Siglo de Oro muchos libros y grabados explicaban con detalles cómo una emoción interior podría plasmare en un lienzo, incluso maestros como Karel van Mander o Willem Goeree sostenían que la representación creíble de emociones era "el alma" de una obra, expresaron los organizadores.

Rembrandt, en cambio, aconsejaba a sus alumnos expresar estas emociones como los haría un actor, de hecho, en muchos de sus grabados autorretrataba emociones extremas como expone el museo con una de sus primeros ilustraciones de 1630, "Autorretrato con una gorra, con los ojos bien abiertos".

A pesar de la disparidad de técnicas para reflejar emociones todas las obras expuestas tienen un punto en común, recordaron sus organizadores, la de la "importancia de retratar las pasiones frente a la belleza en sí misma".

Al final de la exposición, los visitantes también podrán descubrir y experimentar cómo analizar de forma interactiva las emociones en el "Laboratorio emocional", a través de cámaras, programas informáticos y pantallas, añadió el comisario de la exposición.

El Museo Frans Hals, además, acercará al visitante durante cinco meses en la gama de ideas y teorías sobre la pintura de las emociones del siglo XVII a través de una serie de debates conferencias y talleres.