La actriz estadounidense Lauren Bacall, sumió ayer a Hollywood en un doble luto después del inesperado adiós de Robin Williams al fallecer a los 89 años en su casa de Nueva York, dejando atrás una carrera legendaria y una condición, la de "viuda de Humphrey Bogart", que le persiguió durante 67 años.

Fue, de hecho, la cuenta oficial de Twitter de la entidad que gestiona el legado de Bogart, la encargada de confirmar su muerte.

"Con profundo dolor por la magnitud de nuestra pérdida, y con una inmensa gratitud por su increíble vida, confirmamos la muerte de Lauren Bacall", decía el tuit que volvió a confirmar esa macabra ley que reza que las estrellas nunca se van solas.

Si Robin Williams conmocionaba el martes a Hollywood en una muerte que apunta a suicidio, como una estrella que colisiona, ayer Lauren Bacall se fue como un astro que se extingue de manera natural, después de haber sufrido un derrame cerebral, confirmaron posteriormente fuentes cercanas a la familia. Su época había sido otra, si bien había estado en activo hasta hace dos años, cuando prestó su cavernosa y legendaria voz a "Ernest & Celestine", una cinta de animación, y en las últimas décadas había pasado de puntillas por cintas clave de la evolución del lenguaje cinematográfico como "Dogville", de Lars Von Trier.

Así, las primeras reacciones, ahora vertidas en las redes sociales, no fueron tanto de anécdotas personales como mensajes de admiración de celebridades que no eran más que espectadores cualesquiera ante su carrera.

Bacall era la superviviente de una generación a la que llegó muy joven (con 19 años, para rodar "To Have and Have Not" en 1944 y atarse ya a Bogart) y que la perspectiva de la historia ha acordado llamar Hollywood dorado. Apenas quedan compañeros que la conocieran de verdad.

John Cusack u Orlando Bloom se despedían con un simple "RIP Lauren Bacall" en las redes sociales, o el rockero Gene Simmons, decía que era "una clase de interpretación". No se espera de un Kirk Douglas, uno de los pocos que quedan de su época, que reaccione por las redes sociales, aunque entre medias quedarían Barbra Streisand, la única que consiguió acercarla al Oscar con "The Mirror Has Two Faces" en 1996 y Nicole Kidman, con la que rodó dos películas.

Unirse a Bogart en su debut, bajo la dirección de Howard Hawks potenció y limitó su carrera a la vez, pues hasta la muerte del intérprete de "Casablanca", su carrera se limitó casi exclusivamente a sus películas como tándem: "The Big Sleep" (1946), "Dark Passage" (1947) y "Key Largo" (1948). Eso sí, todas ellas obras maestras del cine negro.