La marca inglesa Liberty es un gran ejemplo de empresa que ha sabido mantener su tradición y dotarla de una buena dosis de modernidad. Lo suficiente para que las nuevas generaciones sigan enamorándose de su producto, pero manteniendo ese toque de sobriedad y exclusividad tan inglés.

Desde finales del siglo XIX, el nombre Liberty es sinónimo de lujo en el diseño textil inglés. Poco después de abrir su tienda en 1875, en la famosa Regent Street, en la capital inglesa, Arthur Liberty empezó a fabricar sus primeras telas estampadas.

Después de trabajar en la famosa calle de negocios de Londres durante 10 años y con un préstamos de dos mil libras de su futuro suegro, Arthur Liberty alquiló la mitad del número 218 de Regent Street. Empezó su negocio con pocos empleados, vendiendo ornamentos, tejidos y objetos de decoración y de arte traídos de Japón y de exóticos países del oriente. Su idea era ofrecer a los londinenses la posibilidad de tener en sus casas algo distinto y fuera del convencional. Fue todo un éxito. En menos de dos años pudo no solo pagar la deuda con su suegro, sino también comprar todo el edificio. Con el crecimiento del negocio, también empezó a comprar los pequeños edificios vecinos. Empezaba todo un imperio.

En 1885, diez años después de abrir su tienda, Liberty ya ofrecía a sus clientes una enorme variedad de productos de decoración así como un departamento de moda, dirigido por nadie menos que el arquitecto y diseñador Edward William Godwin. La tienda pasa a ser el local de moda en la ciudad, donde las damas y caballeros de la alta sociedad londinense adquirían las mejores telas para sus vestidos así como para la decoración de sus hogares.

En 1890 Arthur, que tenía un profundo interés en el mundo del arte, ya había hecho amistad con los mejores artistas y diseñadores del país. Mucho de ellos, conocidos por su participación en la creación del estilo Art Nouveau. Su colaboración y amistad con estos artistas hizo con que Liberty fuera una de las tiendas y marcas con más prestigio en Londres a principios del siglo XX. Sin duda un buen ejemplo de cómo el arte y la moda pueden ayudarse mutuamente y de que las colaboraciones entre artistas y marcas de moda, al contrario de lo que muchos podrían pensar, no es algo nuevo. Tamaña fue la influencia de Liberty en el movimiento Art Nouveau que este es también llamado Stile Liberty en Italia.

A principios de los años 20, en 1924, se termina la construcción del magnífico edificio Tudor que será la sede de Liberty. Su proyecto fue desarrollado en torno a tres patios de luces, que formaban el foco principal del edificio. Para su construcción se utilizó la madera de dos grandes y conocidos buques ingleses, lo que le añadió al edificio Tudor todavía más interés en la época. Para crear un atmósfera más acogedora, fueron creados algunos espacios más pequeños, algunos con chimeneas, para que se pudieran ambientar y decorar como un hogar. Esto permitía a los clientes la visualización completa de la decoración y de los objetos expuestos, como si estuvieran en su propia casa, algo que hoy es bastante común en las tiendas de decoración, pero que en este momento fue toda una novedad. Algunos de estos espacios siguen existiendo.

En la actualidad el nombre Liberty sigue siendo punto de referencia y su tienda visita obligatoria en Londres. Uniendo tradición y modernidad, a cada temporada se añaden nuevas estampas y nuevas colaboraciones, con marcas y diseñadores de todo el mundo, son anunciadas. Este año han celebrado una colaboración con Nike, lanzando una pequeña serie de zapatillas estampadas. La pasada temporada la marca española Oysho, del grupo Inditex, ha lanzado una colección cápsula de productos realizados con tejido Liberty y la marca sueca Acne Studios ha presentado con gran éxito su colección con estampados Liberty en piezas de cuero, punto, gorras y gafas de sol en la London Fashion Week. Además, Liberty tiene en su currículo colaboraciones con nombres como Yves Saint Laurent, Vivienne Westwood y Manolo Blahnik.

Los tradicionales estampados Liberty, pequeñas y delicadas flores, marca de la casa, pueden ser vistos en todo tipo de productos, desde ropa masculina y femenina, pañuelos, manteles, sábanas, edredones, cojines, etc, hasta donde nos lleve nuestra imaginación ya que, con las telas vendidas a metro, se pueden crear una infinidad de piezas. Sus estampados florales y gráficos también se pueden ver en bolsos, cajas, fundas para iPhone, papeles pintados, platos, servilletas y una gran variedad de productos.

Después de pasar por algunas dificultades financieras a principios desde siglo, la marca ha retomado su rumbo y está más fuerte que nunca. Si no la conoces, puedes visitar su pagina web con tienda "online" o, todavía mejor, programar una visita a Londres para conocer de cerca el emblemático edificio y sus productos. Os aseguro que merece la pena.