Uno de los tejidos más utilizados en verano, por su frescor y toque agradable, el lino, es mucho más antiguo de lo que la mayoría de nosotros puede imaginar. De hecho, el lino es uno de los primeros productos de nuestra civilización.

Antes de él, sólo habíamos utilizado para cubrirnos la piel y la lana. La piel de los animales fue la primera materia prima utilizada por los hombres más primitivos para proteger su cuerpo de las agresiones externas. Después, ya con la formación de los primeros grupos de ganaderos nómadas, la lana de los rebaños ovinos se presentó como segunda opción de vestimenta y protección a nuestros antepasados. Cuando decide dejar la vida nómada y asentarse en un sitio fijo, creando los primeros núcleos de población y cultivo, el hombre descubre los beneficios de la fibra de lino. Así siendo, el lino es la primera fibra vegetal en ser tejida por el hombre.

Su antigüedad parece remontar al Neolítico, ya que excavaciones arqueológicas de este período en Suiza se han encontrado restos de alimento preparados con semillas de lino, así como hilos, cuerdas y redes de pesca elaborados con la fibra del lino. Estos hallazgos sugieren que el hombre cultivaba el lino ya en el Neolítico. En España, huellas de la producción de lino fueron encontradas en excavaciones relacionadas con la Edad del bronce. Según los expertos, el lino es originario de Persia y desde ahí se extendió a todo el mundo, empezando por India, China y Asia Central y hacia el oeste, llegando a Babilonia y Egipto, donde fue también utilizado como moneda.

Aunque todos conocemos o hemos oído hablar del algodón egipcio, por su excelente calidad, Egipto tiene su historia muy relacionada con el lino. Aunque muchos países plantaban y tejían el lino para su propio uso en la antigüedad, es en Egipto donde encontramos los primeros registros de una industria del lino con cerca de 4.000 años. Ahí era utilizado para envolver a las momias, ya que era considerado un símbolo de luz y de pureza. La calidad del lino utilizado también era un indicador de la riqueza de su portador, ya fuera en esta o en la otra vida. Se han llegado a encontrar tejidos con hilos tan finos como los actuales con la diferencia de que eran hilados a mano y actualmente son producidos en máquinas de hilar.

Tamaña era la admiración de los egipcios por el lino, considerado un regalo del Nilo, que lo llamaban "luz de luna". Así que un tejido de lino era un "tejido de luz de luna". Una imagen muy poética, propia del país de los faraones. Menos poético es su nombre en latín "Linun Usitatissimun", aunque refleja su gran utilidad. Referencias a la utilización del lino son encontradas en varias culturas, siendo mencionado varias veces en el antiguo testamento, siempre como símbolo de pureza.

Fueron los fenicios los responsables, con sus navíos mercantes, de abrir el comercio del lino con los pueblos del Mediterráneo, así como también los que lo llevaron a Irlanda. Galos y celtas fueron los primeros en cultivarlo en Europa Occidental, mientras los eslavos fueron los primeros a hacerlo en el este. En las regiones de cultivo temprano en Asia Central su cultivo siguió siendo primitivo hasta el siglo XX.

En la actualidad el lino de calidad es una fibra cara, producida más bien en pequeñas cantidades. Tiene una fibra más larga que el algodón y otras fibras naturales, que puede variar desde 5 hasta 95cm de longitud. La planta se cultiva tanto por su fibra como por su semilla, que es utilizada en la fabricación de aceite de linaza. En Europa, Bélgica despunta como el productor de lino de mejor calidad, aunque Italia también elabora un producto de muy buena calidad. Alemania, Francia y la República Checa producen lino principalmente para uso en el hogar -manteles, cortinas, etc-. El lino irlandés también es muy conocido, sobre todo por ser particularmente fuerte, aunque Rusia y los Estados Bálticos son los responsables de cerca de 90% de la actual cosecha mundial.

La presencia de pequeños "nudos" en el tejido es normalmente asociada al lino, aunque -no todos lo sabemos- está asociado con el lino de más baja calidad. El lino fino, de alta calidad, no presenta tal característica, a pesar de que este aspecto más rústico normalmente es del agrado de quienes buscan un tejido natural.

Su color natural oscila entre tonos de marfil, beige o gris. Tiene la capacidad de absorber y perder agua rápidamente, pudiendo ganar un 20% de humedad sin que se sienta húmedo, lo que le hace perfecto para el verano ya que absorbe y elimina rápidamente la transpiración. Además, es un tejido muy durable y fuerte: uno de los pocos que es más fuerte y resistente húmedo que seco.

Además de en nuestras casas, el lino siempre estuvo presente en nuestro guardarropa. La moda cambia a cada temporada, pero una fresca camisa de lino es un ítem básico en el fondo de armario de verano tanto para los hombres como para las mujeres. Parece que el más antiguo tejido vegetal creado por nuestra civilización nos sigue encantando hasta hoy.