La flamante ganadora del Premio Nacional de Cinematografía 2014, la guionista Lola Salvador, se declara "una cuentista tramposa que vive en las nubes", pero también aspira a ser "alguien solidario con lo que pasa alrededor y que intenta cambiar el mundo un poco cada día". En una entrevista concedida tras saberse ganadora del premio, la catalana (Barcelona, 1938) ha querido recordar a su amigo Rafael Azcona, fallecido en marzo de 2006, quien recibió este mismo premio en 1982. "Mi cabeza está ahora con él; si hubo alguna vez un chico y una chica que dedicáramos toda la vida a escribir esos somos Rafael y yo, así que gran recuerdo para él y la alegría de poner mi nombre al lado del suyo como una tonta, me pego aquí a los amigos (bromea), a esta gente que ha significado tanto en el cine", dice con la humildad de quien aún no se cree ganadora. En esa misma línea, explica que ella "básicamente" es una persona que siempre ha estado "un poco en las nubes y más bien colgada de las musarañas". "Siempre he querido equilibrar esa parte de quien está imaginando y queriendo divertir y contar historias y cosas, y poner los pies en la tierra y hacer que el mundo alrededor sea más feliz, más justo, más libre... creo que ahí es donde está el equilibrio entre toda esa ristra de cosas". Explica, sin darle importancia, que nunca fue a una escuela de cine, pero se enorgullece al recordar que tuvo una madre que, de pequeña, le contaba las películas que veía mientras ella dormía; "Así descubrí el cine, como si fuera un cuento de tradición oral y retransmitido el día después. Y eso es un guión, esa historia que has visto en tu cabeza". La guionista, también novelista y productora, autora de cintas como "El crimen de Cuenca", "Las bicicletas son para el verano" o "Salvajes", reconoce que de su vida laboral a ella le gustaron siempre "las cosas más raras", "lo más experimental", y nombra, entre otros trabajos, "Juan Soldado", un mediometraje de Fernando Fernán Gómez de 1973.