La manera de ver el mundo, la profesión, la amistad y la ética periodística del fotoperiodista Joan Guerrero es el tema del documental "La caja de cerillas", que ha realizado David Airob y que mañana se estrena en la Sala Singuerlín de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).

David Airob, fotógrafo de La Vanguardia desde 1988, es un enamorado del fotoperiodismo que admira el trabajo de Joan Guerrero "por sus valores morales y éticos" y "su mirada poética", según ha dicho hoy.

Esta admiración ha sido el motor que ha impulsado la realización de este documental que repasa la actividad profesional y el recorrido vital de Joan Guerrero, un fotógrafo nacido en Tarifa en 1940, que emigró a Cataluña con su familia en la década de los 50 y trabajó en El País y El Periódico, entre otros medios de comunicación.

Sus primeras fotografías las hizo en Tarifa con una caja de cerillas que transformó en una cámara oscura.

Una vez en Cataluña, Joan Guerrero se instaló en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), donde "es admirado como poeta de la imagen" y querido "por su calidad humana y su implicación en el tejido asociativo", según ha señalado la concejal de Cultura del consistorio, Raquel Jiménez.

Guerrero se ha mostrado hoy muy agradecido a "los amigos" y a "la profesión de fotógrafo", que le ha permitido "conocer mucha gente" y "enriquecerse como persona".

"Primero hay que ser persona, y después, fotógrafo; así es como se consigue captar fotografías que tienen alma, vida y corazón", ha añadido.

Por su parte, el director del documental se ha mostrado muy cercano a los "valores personales y los ideales" de Guerrero y está convencido de que "la poesía y el cine que han nutrido su mirada " pueden ser muy útiles a las nuevas generaciones.

De ahí que David Airob haya decidido regalar una copia de "La caja de cerillas" "a cualquier escuela que decida proyectar las palabras de Joan a sus alumnos".