Hay una web que todos conocemos. Miles de millones de personas buscan, aprenden y sociabilizan en ella. Nunca en la historia de la humanidad fue tan sencillo compartir conocimiento con el resto del globo. Para encontrarlos es habitual utilizar los buscadores, que solo alcanzan a indexar una pequeña fracción. Páginas bajo contraseñas, redes sociales y bases de datos con búsquedas online forman parte de la llamada internet profunda, "deep web". Hace años se consideraba que los buscadores solo podían encontrar el 5% de la información y se utilizaba la metáfora de la parte visible de un iceberg para describirla. Hoy en día esa cifra es mucho más alta pero difícil de cuantificar.

Hay otra web, la internet oscura, "darknet", en la que se esconden aquellos que quieren mantener el anonimato de sus actos. La privacidad extrema sin la vigilancia de organizaciones como la NSA puede tener fines solidarios como la denuncia de abusos pero también puede ser usada por los que comparten, adquieren productos y socializan con actos ilegales, depravados e inconfesables públicamente. La utilización del término "deep web" en inglés para definirla hace que en ocasiones se confunda con la internet profunda y se piense equivocadamente que es mayor en contenidos que la disponible públicamente. Este mundo oscuro e ilegal es tan minoritario como los que realizan estos actos.

Puede parecer una leyenda urbana de este siglo XXI pero la internet oscura es tan real como peligrosa. "Existe y es real. Se trata de un conjunto de sitios a los que se accede a través de la red TOR y donde lamentablemente existen multitud de sitios donde se comercializa con material de pedofilia, armas, explosivos o incluso sicarios", destaca Deepak Daswani, responsable de Investigación en Ciberseguridad en el Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco). Acceder a la internet oscura no es sencillo ya que los buscadores no la indexan y aquellos que realizan actos ilegales tampoco desean ser encontrados fácilmente. Además, los servidores identificados con contenidos ilegales como la pedofilia son vigilados y solo acceder a ellos puede suponer una visita con orden de registro judicial. Óscar de la Cruz, jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, alerta de su uso. "Se aprovechan de quien está demandando un servicio que es ilegal y que, por eso, no va a ir a denunciar a ningún sitio", destacó recientemente. La internet oscura es el lugar en el que los ciberdelincuentes acaban aprovechándose de los ciberincautos.

Las claves

  • La red Tor no es la única forma de acceder a la internet oscura aunque es la más conocida ya que proporciona seguridad en las comunicaciones.
  • Grises de oscuridad. Los buscadores de internet eliminan de sus resultados las páginas web que contienen contenidos ilegales o software malicioso. El contenido más perverso no se encuentra en Google.
  • Nombres cifrados. Los nombres de las páginas web están cifrados y no se puede acceder con un navegador convencional. Por ejemplo, http://idnxcnkne4qt76tg.onion, que conduce a la web del proyecto Tor.
  • Bitcoins. Si el acto es ilegal, las transacciones deben de realizarse de forma tan anónima como billetes en un sobre. “Bitcoin, la moneda respaldada por capacidad de cómputo, es una de las más populares”, indica el consultor en seguridad Chema Alonso en su blog.