Es la pasión de millones de jóvenes que quedan con sus amigos para jugar en los mundos imaginarios que ofrece Minecraft. Por este mismo motivo es la pesadilla de muchos padres que han descubierto que este videojuego engancha más, o eso parece, de lo que hacía la televisión no hace tantos años.

Si no tienen hijos en edad escolar probablemente no sabrá en qué consiste esta apasionada locura llamada Minecraft que ha vendido más de 35 millones de copias en todas las plataformas que está disponible y supera los 100 millones de usuarios registrados. Básicamente es un videojuego con estética "indie" en el que se presenta un mundo formado por cubos con texturas tridimensionales. Cada partida comienza en un mundo generado al azar que ofrece recursos naturales como árboles y animales. Estos recursos se combinan para crear artefactos más elaborados como armas o antorchas. Lo que más puede extrañar a los que tienen más años y han jugado a juegos de ordenador es que no hay rumbo inicial ni final establecido. Hay cuatro modos de juego: supervivencia, que consiste en sobrevivir a los ataques de criaturas que surgen de la oscuridad; creativo, en el que se cuenta con un número ilimitado de bloques y se pueden utilizar como se deseen; modo aventura, similar al de supervivencia aunque introduce restricciones; y multijugador, en el que los jugadores se conectan a servidores que definen sus propias reglas de cómo jugar.

Sin embargo, estas opciones no responden a porqué es tan popular. Solo en el lanzamiento para Xbox 360 rompió todos los registros anteriores de la plataforma convirtiéndose en el juego más vendido en 24 horas superando los 400.000 jugadores. La respuesta probablemente está relacionada con sus infinitas posibilidades. Los mundos que se crean no tienen fronteras, el juego recompensa las acciones y permite realizar construcciones tan variadas como una recreación del Palacio de Invierno de San Petersburgo (siete meses estuvieron jugando para crearlo) o un Coliseo en el agua (que se esbozó en solo tres noches).

Poder jugar con amigos es uno de los elementos básicos para que un juego tenga éxito. El segundo es que todo aquello que se crea en este mundo imaginario se puede compartir. Por ejemplo, mapas que se pueden descargar y probar o vídeos de partidas que enseñan trucos a jugadores de cualquier rincón del globo. Si, además, los jugadores pueden tunear el mundo donde pasan tantas horas, el éxito está casi garantizado. Los mods son extensiones del juego, normalmente creadas por otros jugadores, que permiten cambiar su apariencia como ocurre con los populares Optifine o Shaders. También permiten incorporar nuevas reglas o realizar nuevas construcciones como los mods BuildCraft, Galacticraft o ThaumCraft. Este juego tan sencillo en su concepto tiene el único límite en la imaginación de sus jugadores.

Los padres sin embargo, expresan sus dudas ante tanta dedicación. No es casual que en la red social de preguntas Quora la que obtiene más respuestas sobre el juego sea "¿cómo consigo que mi hijo reduzca su adicción?". Son muchas las horas que los jóvenes pasan a diario en Minecraft como para no preocuparse. Este videojuego permite que desarrollen aspectos tan importantes en su vida como la visión espacial, imaginación, creatividad y hábitos de conducta positivos como la organización y la recompensa que se puede obtener de un trabajo bien planificado. También obtienen una capacitación técnica ya que aprenderán a utilizar mejor sus ordenadores y páginas web al buscar recursos en la red o tunear el juego siguiendo alguna moda de su colegio. Estos conocimientos básicos que aprenden jugando serán útiles durante sus vidas en las que la tecnología estará cada vez más presente. Si la devoción a Minecraft es una preocupación, puede seguir la misma recomendación que se ofrece para otras actividades infantiles: preguntar mientras juega qué hace aunque su hijo no esté muy por la labor de dejar que su progenitor entre y conozca "su mundo". A fin de cuentas no hemos cambiado tanto. Tan solo tenemos más tecnología al alcance de nuestras manos.

Enseñanza disruptiva

Un juego tan sencillo en su aspecto gráfico solo puede alcanzar millones de usuarios si atesora cualidades que pueden ser utilizadas más allá de la pantalla. En varios países se está utilizando este videojuego en la educación primaria como herramienta que ayuda a enseñar al trabajo en equipo, la presentación de resultados, fomentar la creatividad, o la propia autoevaluación.