Steve McQueen es uno de los favoritos a los Óscar y a los grandes premios del año con "12 años de esclavitud", una tremenda y dura historia sobre un hombre libre convertido en esclavo, que el director siente muy cercana: "Soy parte de la diáspora de la esclavitud", afirma en una entrevista con Efe.

Nacido en Londres, de antepasados africanos, su historia es muy diferente a la de un afroamericano, pero también cuenta con la experiencia de la inmigración a Europa, lo que le hizo estar interesado por una historia real que primero creció en su mente.

"Necesitaba hacerlo. De alguna manera, era una urgencia, una necesidad, nunca había visto un filme como este en la pantalla. Necesitaba ver esas imágenes en la pantalla, ver este momento de la historia", explica el realizador en una visita relámpago a Madrid para presentar la que es su tercera película, que llega este viernes a las salas españolas.

McQueen comenzó a pensar en hacer una película sobre la esclavitud y tenía la idea de construirla sobre un hombre libre que es secuestrado y llevado a la esclavitud. "Eso era todo lo que tenía, y paré. Pero entonces hablé con mi mujer y me dijo que por qué no hacía una investigación sobre esos hechos, sobre algún hombre que hubiera sido forzado a ser esclavo".

Y al ahondar en el tema se encontró con el libro "12 años de esclavitud", que contaba la historia real de Solomon Northup, un hombre libre que vivió en el siglo XIX y que fue secuestrado y convertido en esclavo.

"Fue muy extraño, porque era exactamente como yo lo había imaginado. Era idéntico a mi idea, fue como un imán, una locura", explica un expresivo McQueen.

Y para interpretar a la pareja protagonista, el esclavo Solomon y el esclavista Edwin Epps, tuvo claro desde el principio los actores que debían encarnarlos.

Chiwetel Ejifor era la elección perfecta para el papel de Solomon Northor, "un personaje que lleva una gran humanidad consigo, y Chiwetel también la tiene y encajaba perfectamente". Y en el caso de Fassbender, afirmó que "tiene la capacidad de interpretar los personajes más complejos desde el corazón".

De ahí que Fassbender haya protagonizado sus tres largometrajes hasta la fecha y quién sabe si seguirá haciéndolo. "Es el mejor actor de su generación y, si tengo un papel para él y tiene tiempo, seguiremos trabajando juntos", afirma convencido.

En "12 años de esclavitud", Fassbender es un típico terrateniente sureño en Estados Unidos en el siglo XIX, que ejerce su derecho de abuso sobre los esclavos de su propiedad, sin miramientos de ningún tipo.

Una historia que el director ha querido sacar a la luz ahora, porque "cualquier momento es el momento adecuado para mirar al pasado histórico".

Y no porque haya muerto el líder sudafricano Nelson Mandela es mejor momento, porque la esclavitud americana es muy diferente al resto. "Son dos cosas totalmente diferentes, pero al mismo tiempo se puede decir que Mandela era un símbolo de lo mejor de la humanidad y creo que Solomon es alguien que tiene toda esa humanidad".

Un filme que ya ha ganado el premio de los críticos de Nueva York al mejor director y que es una de las favoritas para los Globos de Oro y los Óscar, algo que no le quita el sueño al realizador.

¿Son importantes los premios?, "Sí y no", reflexiona el director, que asegura: "He hecho mi película. Como director quiero hacer mis películas y nunca me planteo la posibilidad de ganar premios; solo contar historias y lo hago lo mejor que puedo".

No obstante, "si te dan un empujón, siempre es bienvenido", dice McQueen, antes de añadir: "Estoy muy contento con mi película y lo estaré más si la gente va a verla".

Porque lo que realmente le interesa a este artista -ganó el prestigioso Premio Turner en 1999 por sus trabajos en vídeo- es arrojar luz sobre temas universales.

"En ''Hunger'' hablaba de un momento critico de la historia británica reciente, quizás el mayor, con diez hombres que murieron en las cárceles británicas por defender sus ideas; ''Shame'' era sobre la adicción sexual, un gran fenómeno, el 80 por ciento o más del tráfico en internet es pornografía, y ahora la esclavitud, algo que siempre se desarrolla en la ocultación".

Para contar estas historias lo hace a través de la forma en que personas concretas se relacionan con el medioambiente que les rodea.

Y lo hace en cine, el mejor instrumento posible porque es el que llega a más gente. "Me gusta la idea de una audiencia colectiva. Una novela es una experiencia solitaria, me gusta la idea de algo que implique a mucha gente, y eso ocurre en el cine".

Un medio al que llegó de forma natural en su evolución artística: "El arte era mi objetivo y busqué la forma de comunicarme mejor gracias al cine".