En los cines se come -y de qué manera- y en muchas películas, también. Hay quien sostiene que un acto que consideramos tan natural, ciertamente impone en la pantalla.

Desde el pasado viernes, día 22, la ciudad de San Cristóbal de La Laguna se ha convertido -una vez más y ya cumple su tercera edición- en sede del Festival Internacional de Cine gastronómico CinesCena que, hasta mañana, desarrolla actos de un programa donde las proyecciones cinematográficas se han "maridado" con catas de vinos y degustación de bocados.

Y por aquello del "maridaje", valga la ocasión para sacar de la "despensa" de la memoria un "menú degustación" con algunas de las escenas que han inmortalizado la cocina en el celuloide.

En primer lugar, y como homenaje a Pedro Gómez Cuenca -nuestro recordado Charlot-, la ilustración esta página rememora la escena del vagabundo buscador de oro de "La quimera del oro", quien el simbólico Día de Acción de Gracias -que en EEUU se celebra el cuarto jueves de noviembre- comparte con su compañero de cabaña y calamidades el "simple sabor" de una bota hervida. En los tiempos que corren, esta imagen llega hasta el alma.

Para Ferrán Adrià, "Ratatouille" representa la mejor película sobre comida de la historia. De los "deliciosos" momentos que brinda este film de animación suele destacarse la escena donde Anton Ego prueba ese ratatuoille (plato de hortalizas) que consigue trasladarlo hasta la infancia: uno de los mayores placeres.

Y siempre estarán presentes en la memoria de los cinéfilos, aquellas codornices con pétalos de rosa que Tita cocina para Pedro en "Como agua para chocolate", un plato que demuestra cómo la gastronomía es capaz de suscitar pasiones.

Una película como "Tomates verdes fritos" anima a experimentar nuevas recetas; Audrey Hepburn exalta el perfil sensual del champagne en "Desayuno con diamantes" y llena los ojos el atracón de huevos -hasta 50- que se da Paul Newman en "La leyenda del indomable". Y aunque sobre gustos no hay nada escrito, se suceden imágenes como "La Grande Bouffe", "Jamón, Jamón", etc, junto a pollos, tortillas, gazpachos...

Y en esta relación, con permiso de los vegetarianos, no podía faltar uno de los más célebres caníbales del séptimo arte: Hannibal Lecter.