El militar estadounidense retirado que participó en la operación que acabó con Osama Bin Laden y ha escrito un libro sobre ella, encara hoy amenazas de Al Qaeda por lo que hizo y quizás una querella del Pentágono por lo que ha relatado.

Bajo el seudónimo de "Mark Owen", este exintegrante de la unidad SEAL de operaciones especiales de la Marina de Estados Unidos dijo en una entrevista con la cadena CBS de televisión que su libro, que saldrá a la venta el próximo martes, no tiene intención política.

Pero, en medio de las convenciones nacionales del Partido Republicano y el Partido Demócrata y a dos meses de una reñida elección presidencial, lo escrito por el condecorado oficial retirado Matt Bissonnette, como lo han identificado medios estadounidenses, abre paso a la polémica.

En el libro -que encabeza ya la lista de los más vendidos por los pedidos por adelantado a la editorial antes de la distribución de los 300.000 ejemplares de la primera edición- Bissonnette cuenta cómo los SEAL hirieron primero y mataron después a Bin Laden, en su incursión el 1 de mayo de 2011 en la casa en la que vivía, en Pakistán.

Según el relato de Bissonnette, él subía hacia el tercer piso de la vivienda del jefe terrorista, detrás del primer SEAL en la línea, cuando escuchó dos detonaciones amortiguadas por silenciador. Su camarada había visto a un hombre que se asomaba a mirar desde una puerta y le disparó.

Cuando los miembros del "Equipo 6", los mejores militares de los SEAL, llegaron a la habitación, Bin Laden se debatía en el suelo entre convulsiones y dos mujeres gritaban aterrorizadas a su lado.

Los soldados apartaron a las mujeres y dispararon varias veces contra el jefe de Al Qaeda, agrega.

El relato contradice la versión oficial del Gobierno del presidente Barack Obama, según la cual hubo un enfrentamiento y los miembros de la unidad SEAL dispararon a matar cuando Bin Laden intentó usar un arma para defenderse.

El libro se titula "No Easy Day" (No es un día fácil) y Bissonnette probablemente no haya tenido ningún día fácil desde que varios sitios de internet vinculados a la red terrorista difundieron su nombre y una fotografía clamando venganza.

"Ésta es la primera foto del perro que asesinó al mártir Osama bin Laden, que Dios tenga merced por él", señala un mensaje en uno de esos sitios. Otro, refiriéndose al autor, indicó: "Rogamos a Alá por su destrucción más pronto que tarde".

En la entrevista con el programa "60 Minutes", que se difundirá completa el domingo pero fue adelantada en parte por CBS, el exSEAL aparece maquillado e identificado como "Owen", pero como otros medios ya han publicado su verdadera identidad, ha tenido que ocultarse.

El representante legal del Pentágono, Jeh Charles Johnson, remitió ayer una carta al oficial retirado advirtiéndole de que la publicación, sin revisión previa por parte de las autoridades militares, representa "un incumplimiento grave y una violación de los acuerdos de confidencialidad" firmados.

En la entrevista con la televisión, "Owen" dijo que "si hay chiflados en cualquier lado del espectro político que quieren hacer de esto (la publicación de su relato) un asunto político, es una vergüenza".

"Owen" describe en su libro aspectos de la instrucción especializada que reciben los miembros de la unidad SEAL, y expresa su contrariedad con el hecho de que, en su opinión, el presidente Obama haya sacado ventaja de la muerte de Bin Laden.

Otro de aquellos miembros de la unidad SEAL, Benjamin Smith, también se quejó de las revelaciones de detalles reservados de ese equipo encubierto de combate, pero criticó aún más al presidente Obama porque informara inmediatamente de la operación contra Bin Laden.

Smith, quien habló con el periódico The Daily Caller anoche durante la Convención Nacional Republicana en Tampa (Florida), sostuvo que "cuando en el terreno de combate el enemigo se entera de lo que sabemos, tiene tiempo para cambiar sus tácticas. O nos eluden totalmente, porque saben hacia dónde vamos".

"Toda la información que se obtuvo (durante la incursión de los SEAL en el reducto de Bin Laden) en Abbottabad probablemente se desperdició", comentó Smith.

"Si Al Qaeda no se hubiese enterado de inmediato de que Bin Laden había muerto, no se habría puesto en alerta", explicó. "Tuvimos una gran oportunidad, pero el Gobierno sacó todo a la luz. La oportunidad de destruir completamente a Al Qaeda se desperdició en un par de horas después que terminó la operación".