Un hermoso libreto y su intensidad expresiva son sólo algunos de los atractivos de "I Pagliacci", de Ruggero Leoncavallo, la obra que compartirá programa con "La voz humana", de Francis Poulenc, y que clausurará el Festival de Ópera de Tenerife en el Auditorio de Santa Cruz los días 3, 5 y 7 de noviembre. Pero si algo destaca en esta célebre ópera italiana son las dos arias de Canio, personaje que interpretará -en su primera actuación en la Isla- el tenor ruso Vladimir Galouzine, quien describe este drama como "una pieza corta, pero con tanta magnificencia, que vale por cinco".

Interpreta a Canio, un personaje muy carismático. ¿Qué es lo más atractivo de este papel?

Para mí lo que es interesante del personaje es que es igual de celoso que yo. Acabo de actuar en Rusia en dos óperas, "El jugador", de Sergei Prokofiev, y "La dama de picas", de Tchaikovsky, en dos papeles muy dados a las dudas. También he interpretado en muchas ocasiones a Otelo, incluso hasta cuatro versiones en un año. Se trata del personaje celoso por excelencia. Con estas experiencias me he dado cuenta de que el personaje influye tanto en mí que me convierto en un celoso obsesivo, aunque mi esposa no me dé motivos.

Para un actor, ¿es muy difícil separar el personaje de la persona que lo interpreta?

Es muy complicado porque cuando preparas un papel, con muchos ensayos, buscas matices del personaje y vivirlo plenamente. Pero cuando consigues entrar en el papel, te olvidas de salir. Eso es algo inevitable.

En esta ocasión participa en una obra corta, pero muy interesa...

El papel es muy corto y la pieza también, pero vale por cinco porque es muy compleja; es teatro dentro del teatro. Canio vive la misma tragedia sobre el escenario que en su vida personal, por esto le cuesta mucho dejar de ser él y llegar a ser un payaso. Se trata de una combinación de teatro y vida que es inseparable, por eso esta obra da mucho juego. Pese a ser corta, es muy compleja.

Una ópera en un acto, ¿requiere mayor concentración interpretativa que un drama de larga duración?

La diferencia es la misma entre un corredor de cien metros y uno de cinco kilómetros. El segundo puede repartir sus fuerzas, calcular, pero el primero tiene que darlo todo en unos segundos. En esta obra, los cambios de humor y de situación del personaje son muy bruscos, y en poco tiempo tienes que dejártelo todo en el escenario.

Para las voces eslavas, ¿se hace complicado el repertorio italiano?

Para mí la pronunciación de la ópera rusa y la italiana es más clara, y por lo tanto las obras italianas me facilitan mucho las cosas. La mayor parte de los papeles que canto pertenecen a obras de compositores de estos países. Los repertorios ingleses y franceses son mucho más complicados.

¿Con qué tipo de personajes se encuentra más cómodo?

Tchaikovsky es mi compositor preferido, pero no es el más fácil; no se pueden interpretar sus piezas como quien se toma un café. Verdi y Puccini también son compositores para mí muy cómodos. Pero no se trata de un interés por el personaje en el sentido de si te sientes o no cómodo, pues puedes perder la voz cantando un personaje. Es otro tipo de comodidad la que buscas cuando escoges un papel.

¿Cuál es la situación actual de la escuela rusa de canto?

Como no paro mucho en Rusia, no tengo una idea muy clara de su momento interpretativo. Pero por las voces que están en el mercado, y no me refiero sólo a la escuela rusa, sino en términos generales, puedo decir que el nivel es cada vez más bajo, y continúa descendiendo. Estamos tocando fondo, y creo que esto no va a cambiar.

¿Considera que es más fácil desarrollar una carrera musical en un país cuna de grandes músicos que en otros que no poseen esa tradición?

Incluso en Rusia es más complicado para un cantante de ópera hacer carrera que en otros lugares. Esto se debe a que se trata de una profesión que requiere una gran inversión en publicidad, y no tenemos gente dispuesta a costearla. Incluso hay cantantes rusas, que ahora son famosas, que consiguieron salir adelante porque su primer patrocinador era extranjero.

¿Qué opinión le merece el Auditorio de Tenerife?

El espacio es arquitectónicamente muy bonito, pero el arquitecto (Santiago Calatrava) no lo pensó muy bien. Por ejemplo, en las salas de ensayos no hay ventanas que permitan respirar ese aire tan fresco y marino que rodea al coliseo, dada su ubicación privilegiada a orillas del mar. Tiene una forma preciosa, pero, a mi juicio, ese es su fallo.

¿Considera que quizá cierto tipo de óperas deberían representarse en teatros italianos en vez de en grandes espacios?

En cualquier espacio destinado a la ópera, lo más importante es la acústica. Lo positivo de los auditorios es que en ellos no sólo cabe la ópera, sino también montajes más modernos. En cambio, en un teatro italiano sólo se puede interpretar lo clásico, y lo moderno no tiene cabida.

¿Qué opina de las nuevas versiones que se están realizando de óperas clásicas?

Desafortunadamente, lo moderno se está convirtiendo en lo clásico. Por ejemplo, en "Tosca" salen vestidos con uniformes nazis, y eso no tiene nada que ver con lo que representa esta ópera. Ahora, esto es la regla, y todo lo clásico es la excepción. Toman las obras y las trasladan a otra época, con lo que pierden el sentido. Estas cosas no las entiendo, porque cambian y tergiversan la idea musical y dramática del compositor.