Ciudadanos es una formación capaz de apoyar durante toda una legislatura los desvelos de Podemos. Y así los debemos ver. Así lo han hecho en La Laguna de la mano de la niña Berástegui, que, abducida por una pócima mágica, ha sido capaz de apoyar a toda la izquierda radical lagunera sin ideología ninguna, y con el único propósito de tener en jaque al poder. Estos son los casos por los que uno oye a Albert Rivera y te invita a votarlo, y en otras ocasiones Teresa Berástegui te invita a pensar algo que me duele decir, y es que Pedro Sánchez tenía razón cuando dijo en el Congreso que Albert Rivera tenía un armario lleno de chaquetas y cada día escogía la que le parecía. Me gustan sus líderes, me gusta su fuerza, pero no tengo ninguna seguridad del rumbo que tomarían según qué cosas.

Han pactado con el PP y el PSOE en menos tiempo que se fríe un huevo, y por si fuera poco, se matan entre ellos solos. Si en Gran Canaria los naranjitos se sienten poco representados en favor de Tenerife, que muevan el culo. Porque es que ahora, cuando muchos ven el chollo es cuando alzan la voz, y antes chitón. Y Rivera no los salvará. Resulta que muchos de los candidatos de Ciudadanos han acudido con un cuchillo en la boca, pero para degollar a quien compite con ellos en las primarias. Lo que no saben, y aquí supongo que está intentando poner orden Juan Amigó, es que en las elecciones locales y autonómicas, la gente votará a quien conozca por sus actitudes y no a Albert Rivera. Se va a discriminar el voto. En ocasiones Ciudadanos hace preguntarme si el centro te da potestad para pactar con quien te dé la gana sin temor a ser criticado, bien sea Vox o Podemos, porque a mí lo que me sugiere es una falta de ideología preocupante, por muy bien que me caigan sus integrantes, por fe que pueda tener en el proyecto.

@JC_Alberto