El Ministerio de Justicia, siguiendo instrucciones de la Dirección General para la Memoria Histórica, se ha dirigido a 656 ayuntamientos, entre ellos, el de San Cristóbal de La Laguna, para que proceda a la retirada, en el ámbito de su municipio, de aquellos vestigios relacionados con Franco, de exaltación de la Guerra Civil y de la Dictadura.

Por su parte, el Ayuntamiento de La Laguna, a la vista de este apercibimiento y dado que no tiene competencia sobre un templo sagrado, ha cursado una carta al obispo de la Diócesis tinerfeña, instándole a que cumpla con lo dispuesto en la Ley de Memoria Histórica (LMH) en la parte que le afecta. Concretamente, para que de acuerdo con lo previsto en el artículo 15 de la LMH, retire del interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción una lápida que "ensalza la figura de Franco".

La placa en cuestión dice lo siguiente: "La reconstrucción de esta iglesia matriz se debe a la decisión personal del Jefe del Estado español, Don Francisco Franco Bahamonde que tomó a su cargo rescatar para la historia isleña esta joya de nuestro acervo artístico, siendo Obispo de la Diócesis el Dr. D. Luis Franco Gascón".

"Al valorar dicho prócer y magnífico gesto, en constancia de inmensa gratitud, se coloca esta lápida para perenne memoria de tan fausto acontecimiento. Diciembre de MCMLXXVI".

La polémica lápida no se colocó en su día en el interior de la iglesia con la intención de exaltar la figura de Franco, sino como testimonio o recuerdo de una obra de restauración que sufrió el sagrado templo y que fue ejecutada por especial deseo del Jefe del Estado español, Francisco Franco. Esta lápida fue colocada en la iglesia en diciembre de 1976, es decir, hace 43 años. Desde entonces ha pasado casi desapercibida, tanto para las autoridades, como para los fieles, salvo para los curiosos visitantes del templo que gustan informarse leyendo placas, lápidas mortuorias, etc., hasta que alguien, apercibido de su existencia, al hacer referencia a Franco, debió advertirlo para que fuera retirada porque así lo requiere la LMH.

Veamos. Cuando en el año 1972 la techumbre de dos naves de la iglesia sufrió un derrumbe debido a su mal estado de conservación, el entonces Jefe del Estado, enterado de este percance, tomó la iniciativa de reconstruir dicho templo con el fin de rescatar para el patrimonio histórico de La Laguna y Tenerife tan preciada joya artística. A la conclusión de los trabajos, las autoridades eclesiásticas y civiles, como suele suceder en estos casos, decidieron colocar una placa en el interior del recinto para perpetuar tan feliz acontecimiento. Esa fue la intención con la que esa lápida se instaló.

Pretender retirar esa placa que, repito, es conmemorativa de la culminación de unas obras ejecutadas para la restauración de la iglesia de la Concepción, no es más que fruto del rencor y la revancha que inspiró a los redactores y ejecutores de la LMH tras su aprobación y aplicación.

Esta placa se halla en el interior de un recinto sagrado, como es una iglesia católica. Una iglesia que se mueve en clave de reconciliación y memoria positiva. En un Estado aconfesional, como es el español, la Iglesia, como institución, puede honrar a quien le parezca y se lo merezca, sea a Franco o a cualquier otra persona, ya que no está sometida a jurisdicción civil, como el alcalde de La Laguna pretende al cursar su carta dirigida al señor obispo instándole a su retirada porque así lo dispone la LMH. Esa es mi opinión.