Con datos objetivos, la Sanidad española es la más eficiente de Europa y la tercera del mundo, únicamente superada por Singapur y Hong Kong, según el índice que confecciona la agencia financiera Bloomberg con datos de septiembre de 2018 y la última encuesta de la Fundación GATE y LANCE.

La esperanza de vida en nuestro país ha mejorado. De las más largas del mundo, con 82,5 años (sólo por detrás de Hong Kong, Japón y Suiza), y un coste relativo que se encuentra dentro de la media, y es que destinamos nada menos que el 9,2 por ciento del PIB. Más de 2.000 euros por persona y año.

Pero además, como han mostrado estudios recientes de la Comisión Europea, las bajas tasas de mortalidad tratable (muertes que pueden ser evitadas implementando intervenciones sanitarias, según Eurostat) son consecuencia de un sistema de atención sanitario eficaz. En el caso de las mujeres, esta tasa de mortalidad en España es la más baja de toda la UE, mientras que en el caso de los hombres es la octava más baja. La mujer más longeva del mundo, junto con la japonesa, es la española. Un niño que nazca hoy en España tiene un 90 por ciento de posibilidades de cumplir 100 años.

Los datos vienen a demostrar que tenemos uno de los mejores Estados de Bienestar del mundo. La sanidad en España es una historia de éxito mantenida, propiedad de todos los españoles.

También es verdad, con nivel de evidencia, que una vida no tiene precio (concepto moral de todo bien nacido) pero la sanidad tiene un coste, y es limitado. Por eso es demagógico decir que puede haber de todo para todos todo el tiempo. No. Luego para hacer la sanidad equitativa y sostenible, habrá que realizar un pacto por la sanidad y conseguir una cartera servicios universales y financiados.

El futuro de la medicina es uno de esos aspectos que debemos afrontar profesionales, gestores, industria, responsables políticos y ciudadanos, quienes deben ser cada día más responsables y participar más activamente en su proceso curativo, dejando claro que el centro de la sanidad debe de ser el ciudadano (el paciente).

En nuestra trayectoria hemos respaldado la sanidad pública, donde llevamos más de 40 años, pero tenemos que hacerla más sostenible, entre todos. Nosotros defendemos la buena sanidad. Y puede ser pública, concertada y privada, y la mejor forma es la colaboración entre las tres.

La sanidad del siglo XXI ha de ser genómica, personalizada y de precisión, que representa el cambio de paradigma. La implicación de los ciudadanos es una necesidad objetiva para asegurar el mejor acceso a los bienes sanitarios, por lo tanto es imprescindible la divulgación en los medios de comunicación, y también el conocimiento de los profesionales que trabajan, no como propaganda sino como una necesidad objetiva del sistema.

No haríamos nada de esto si no fuéramos resilientes empedernidos, confiando en que podemos mejorar lo mejorable, y que todos aportamos. Por ello, no hagamos política con la sanidad, y sí política sanitaria.

La demografía, la natalidad y la longevidad son tres factores a tener en cuenta en este cambio de paradigma. Estos tres puntos condicionan y condicionarán la toma de decisiones, que obligatoriamente debemos hacer.

No se puede jubilar al talento. Un país que jubila al talento deja de ser un gran país muy pronto. España en el 2050, será el país más envejecido del mundo con el 40% de la población con más de 65 años, y hoy más de medio millón de la población tiene más de 90 años.

El necesario control del dinero público y la propia evidencia hace que sea obligatorio una planificación del gasto, pero la equidad y sostenibilidad de este servicio ha de quedar asegurada. Cierto es que no puede haber de todo para todos durante todo el tiempo, porque es demagógico y hay que transmitirlo con normalidad a la ciudadanía, pero también debemos fortalecer el Pacto por la Sanidad en todas las facetas, en donde exista una cartera de servicios igual para todos los españoles, evitando 17 sanidades distintas, por lo que este pacto debe llevar implícito financiación de la cartera de servicios y no del territorio.

El cambio de paradigma tiene que pasar obligatoriamente por ese Pacto por la Sanidad, con una Cartera de Servicios, por el Genoma humano, que es la medicina personalizada y de precisión, big data e inteligencia artificial, más Hospitales de tercer nivel con personalidad jurídica propia, carteras de servicios, un plan integral de abordaje sobre la diabetes y obesidad, contra el suicidio, el uso de medicamentos genéricos, la atención domiciliaria, cirugía mayor ambulatoria, enfermedades raras y fármacos huérfanos, el distrito único sanitario europeo, lucha contra las pseudociencias (Dr. Google), la telemedicina y robótica, la creación del Ministerio de Salud y no de Sanidad, impulsar la donación y trasplante de órganos como factor de cohesión nacional, el aumento de especialistas en pediatría, geriatría y creación de la Medicina de Urgencias y plan de Urgencias,?

No hagamos política con la Sanidad, pero sí política sanitaria. Lo que para una generación es un sueño, para la siguiente es una realidad. En medicina, el futuro es presente y las soluciones siempre circulares (mañana es tarde).

*Catedrático y director de la Cátedra de Telemedicina, Robótica y Telecirugía. Senador. Portavoz de Sanidad del Grupo Popular. Portavoz del PP en el Ayuntamiento de La Laguna