Fundamentalmente, robarte el tiempo con la finalidad de ganar dinero. Eso, a gran escala. Hoy aún, la profesión de gestor de las redes sociales o "community manager" es un término tan por asentar. Tanto que, por muy de moda que esté, continúa siendo tremendamente difícil lograr que un empresario profano a la red se ponga en manos de alguien que no conoce, con el fin de que el nombre de su empresa le asegure una rentabilidad económica, y con mecanismos de los que no ha oído hablar en su vida. Un profesional que debiera tener un ámbito transversal dentro de la empresa, y que le pedirá poder actuar en sectores muy delicados para, por ejemplo, frenar una crisis de reputación en la red. Algo jamás pensado por él. Las opiniones de los internautas ya ponen y quitan programas en la televisión y todo este mundo en línea ascendente.

Y si bien comentaba que la profesión de gestor de redes está muy por asentar, cuando queremos contratar a quien sea, lo primero que hacemos es meter su nombre en Google, incluso ya ocurre con las parejas. Ya esto no es tener una paginita de Facebook que alimente el ego de la parte contratante (que diría Groucho). Es todo marketing y estrategia. Hoy no es que se necesite un gestor de redes, es que se necesita a un profesional que tenga un equipo que sepa cómo tratar una crisis online y sacarte de los primeros puestos de Google durante la crisis online, por ejemplo. Y las redes irán a más y dejarán en la cuneta al visionario George Orwell y a su gran hermano de "1984", ya que Facebook, por ejemplo, posee la tecnología para reconocernos por nuestras caras en la calle, entrelazar con otras redes y controlar la información nuestra y del mundo. Y a eso vamos con absoluta ceguera.

@JC_Alberto