Hasta el próximo febrero convivirán en esta espléndida institución, y dialogarán con las piezas más representativas de su colección, treinta obras procedentes de nueve museos madrileños en el último acto conmemorativo del veinticinco aniversario de su llegada e instalación en España.

La original iniciativa de Mar Berovia consiste en oponer y/o complementar épocas, estilos, artistas al margen de las barreras temporales que, en el arte como en la vida, no son tan decisivas. El arco cronológico va de la cultura grecolatina a las últimas tendencias del siglo XX y plantea evidentes y sugeridas relaciones, o diálogos, para responder a la talentosa y divertida propuesta de la comisaria.

La colaboración de los museos del Prado, Arqueológico, Naval, Artes Decorativas, Antropología, América, Romanticismo y Lázaro Galdiano, que incluye pinturas, esculturas, relieves, objetos de arte suntuario y mobiliario, permite las agrupaciones de joyas valiosas en soledad y que, en su temporal y osada ubicación, adquieren nuevo sentido y potenciales cauces de comunicación para contempladores sin prejuicios historicistas.

A los espectadores informados y a los curiosos captados al lance se les presenta una oportunidad única como contemplar el perfil de Giovanna Tornabuoni, el excelso retrato de Ghirlandaio, y las tablas de Antonello de Mesina y Giovanni Fiorentino, con el retrato que, en 1939, Picasso hizo a Dora Mar, unidos en la búsqueda psicológica y las coincidencias y diferencias en los asuntos y su interpretación; las visiones de los epígonos del gótico en los países nórdicos y los paladines de la estética en la era de los descubrimientos geográficos y los avances científicos, que impulsaron la primera globalización de la historia.

Conjunciones audaces de los mármoles clásicos, prodigios de hermosura y sosiego con las arrebatadas visiones de los barrocos, lenguajes antagónicos para las mismas mitologías; objetos reales para atrezar composiciones pictóricas; azulejos nazaríes con obras de Jackson Pollock. No tengo ninguna reserva ni empacho de colocar esta exposición de relaciones y diálogos entre las mejores abiertas en el año que acaba en la Villa y Corte.