A comienzos de este año, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, reunió en la sede de Presidencia en Santa Cruz de Tenerife a un nutrido grupo de miembros de su Ejecutivo, agentes económicos y sociales, representantes de medios de comunicación y de las universidades del Archipiélago, con el objetivo de advertirles del riesgo que corrían las Islas de perder parte de los fondos recibidos hasta ahora de la Unión Europea, exponerles el trabajo que venía desarrollando su Gabinete para evitar tal recorte y animar a los presentes a defender estos recursos con "uñas y dientes", pues de eso -dijo- va a depender "el futuro de nuestros hijos y de nuestros nietos". Viene bien recordar estas palabras de Clavijo porque esta semana, aprovechando la celebración en las Islas de la XXIII Conferencia de los Presidentes de las Regiones Ultraperiféricas (RUP), los nueve territorios participantes, entre los que se encuentra Canarias, han alzado la voz para manifestar alto y claro que rechazan cualquier tipo de rebaja del volumen de fondos recibidos de la Unión Europea en los últimos años. El riesgo del que hablaba el jefe del Ejecutivo canario a principios de año está a punto de materializarse, pues la salida del Reino Unido de la UE ha llevado a plantear a la Comisión un tijeretazo del 10% en los recursos destinados a las RUP. Para tratar de evitarlo, habrá que seguir el consejo de Clavijo y no perder de vista la importancia de mantenerse unidos en la defensa -con "uñas y dientes", si hiciera falta- del estatus de las Islas, tanto en Bruselas como en Madrid. De momento, se podrá contar con el rey Felipe VI, quien no ha dudado en mostrar su apoyo a las RUP. Otra cosa es el Gobierno socialista, que pese a ser el Estado anfitrión en el encuentro de presidentes de las RUP, ni siquiera intervino para fijar la posición de España en cuanto a las intenciones de la Comisión Europea. Será cuestión de preguntarse de nuevo qué le han hecho los canarios a Pedro Sánchez para que los trate así.

A la anunciada firma del Convenio de Carreteras entre el Ministerio de Fomento y el Gobierno de Canarias se le puede aplicar el refrán "más vale tarde que nunca", pues un poco más y, pese a las promesas realizadas desde el Gobierno central -tanto por el PP como por el PSOE-, finaliza 2018 y no encuentran fecha para plasmar la correspondiente rúbrica. Sea por el despiste inicial o por la voluntad política de escenificar el acuerdo, como señaló esta semana la consejera de Hacienda, Rosa Dávila, en un acto de la APD, lo que no se puede es estar jugando de esta manera con las inversiones en el Archipiélago. Más aun cuando los conductores de las Islas sufren a diario colas kilométricas porque las vías no están acondicionadas a la realidad actual del Archipiélago. Tampoco parece de recibo que el ministro José Luis Ábalos, en lugar de establecer una fecha definitiva, continúe jugando con el titular de Obras Públicas del Gobierno canario -con todos los canarios, en definitiva- y le notifique que será en la semana que comienza el 17 de diciembre. No hay que olvidar el compromiso previo de Pedro Sánchez al finalizar la entrevista con Fernando Clavijo: los convenios se firmarían antes de finales de noviembre. Sinceramente, que no nos tomen más el pelo.