Los Hermanos de San Juan de Dios, en su centro hospitalario en la carretera general a la altura de Vistabella, tienen también una zona luminosa y agradable donde residen personas con diversas discapacidades psíquicas. Fui invitado a visitarlo el lunes pasado por su director-gerente, don Juan Manuel de León, que posee un vasto conocimiento sobre la problemática de los discapacitados y tiene facilidad para relacionarse con ellos, pues fue recibido con mucho cariño.

A mediados de la década de los sesenta del siglo XX, me involucré como padre afectado en la lucha por la defensa y los derechos de las personas con discapacidad psíquica. Un puñado de mujeres y hombres formamos Aspronte, que ha sido la punta de lanza y el eje central de la protección de sus derechos en Tenerife. Durante años adquirí suficientes conocimientos en el trato y sus necesidades, ocupando cargos directivos en juntas que lograron poner en marcha el colegio Nuestra Señora del Carmen, en Santa Cruz, y en La Vera, en el Puerto de la Cruz. Aproveché alguno de mis viajes de trabajo o personales a la Península para relacionarme con otros movimientos en diversos lugares: Cataluña, Málaga, Córdoba, Valencia y Gran Canaria, lo que me permite afirmar y acreditar que este centro de Vistabella es sin lugar a dudas uno de los mejores de España.

Las instalaciones del centro ocupacional están dentro del complejo hospitalario, y lo primero que llama la atención es la limpieza y el cuidado de jardines, aceras y paseos? Lo dirige uno de los hermanos y son los propios internos los que mantienen esa pulcritud extraordinaria. El centro inició sus actividades en 2009, y actualmente lo ocupan 58 personas con distintas discapacidades, profundas, medias y un grupo que pronto estará preparado para su independencia. Los módulos de trabajo tienen amplios ventanales por donde entra la luz solar directamente, produciendo calidez y bienestar para sus ocupantes. Comenzó nuestro paseo por la zona dedicada a cerámica, donde trabajan el barro y forman láminas con las que moldean los modelos diseñados por ellos mismos. Son una docena de chicos que hacen su trabajo con tenacidad y denuedo, dirigidos por Alejandro, Licenciado en Bellas Artes, un joven de asombrosa creatividad que los lleva con el mismo cariño y afecto que ellos le devuelven, pues se sienten útiles y sorprendentemente realizados. Tienen estanterías llenas de objetos, muchos ideados para la campaña navideña, por eso me gustaría que don Efraín Medina, vicepresidente del Cabildo y responsable de Artesanía, se interesara por estos trabajos. Me permito hacerle esta sugerencia porque esos objetos no desdicen en absoluto de los que pueda realizar una persona sin discapacidad, y podrían tener su hueco en exposiciones, ferias, y tanto en empresas públicas como privadas, o centros cívicos, casinos, centros culturales? Creo que necesitan un reconocimiento público.

El recorrido continúa por la zona de fauna donde habitan un montón de pajaritos que los chicos cuidan, asean y alimentan con esmero. También tienen una pequeña granja con diversos animalitos a los que atienden con cariño. Pero el modulo estrella es el de las nuevas tecnologías, donde unos 20 chicos se capacitan y van dominando ordenadores, tabletas y móviles que no tendrán secretos para ellos.

Conocí a la coordinadora general y a sus ayudantes psicólogas, ambas estudiaron con Antonio del Pino, catedrático de Psicología de la ULL que realizó una labor verdaderamente admirable cuando nos reunimos todos aquellos padres con chicos especiales.

Magnífico también el comedor, los chicos se encargan de poner y quitar la mesa, así como del mantenimiento y limpieza, labores que repiten en las habitaciones que pertenecen al internado. Rosa, una buena amiga, tiene allí a su hermano desde que perdieron a sus padres, es una responsabilidad impagable, y por allí andaba Tomasito Darías, que rondará los cincuenta y tantos, y que me reconoció nada más verme. Por ahora tienen habitaciones para casi 10 internos que conviven, estudian y se preparan para su futura independencia.

Se me acaba la página, pero volveré sobre el tema, pues no puedo dejar de agradecer a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y en especial al hermano Miguel Martín y al gerente Juan de León, la inmensa labor social que están realizando y darles las gracias por mostrarme este modélico centro.

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