Aunque a simple vista no lo parece, muchas de las actividades que realizamos en nuestro día a día repercuten en el entorno y en el hábitat de las especies que forman parte de la flora y fauna de Canarias. Desde el Área de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife somos conscientes de este impacto y, por eso, uno de nuestros objetivos prioritarios es concienciar y sensibilizar a la sociedad de la importancia de preservar entre todos el medio natural, reduciendo lo más posible el impacto negativo que el ruido, los residuos o la contaminación lumínica puede tener en nuestro alrededor.

Sabemos que no estamos solos. Son muchas las asociaciones, entidades de voluntariado, cuerpos de seguridad, ayuntamientos y organizaciones que colaboran con nosotros en el desarrollo de diversas campañas, que poco a poco van calando en la sociedad.

La campaña en la que estamos trabajando en los últimos días se centra en la recuperación de las pardelas cenicienta, un ave marina a la que perjudica la excesiva contaminación lumínica que hay en las costas de Canarias, en la medida en que las desorienta y hace que sufran accidentes que las dejan malheridas o que, en el peor de los casos, llevan a su fallecimiento.

Aunque no se trate de una especie en peligro de extinción, presenta graves problemas de conservación por la fragilidad del hábitat en el que se crían y por la contaminación lumínica. Es ahora, entre los meses de octubre y noviembre, cuando esta ave marina inicia su primer vuelo nocturno en el que, en ocasiones, pierden el rumbo y caen a tierra firme, siendo incapaces de remontar el vuelo por ellas mismas. Por eso, es importante que en estos momentos estemos especialmente atentos y que, entre todos, colaboremos con el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla para garantizar la recuperación del mayor número de ejemplares.

Desde Medio Ambiente, y en coordinación con el Centro de La Tahonilla, hemos creado un proyecto para protegerlas, con un protocolo de actuación destinado a toda la sociedad en su conjunto, de manera que cuando se encuentren con una pardela en estas condiciones sepan qué hacer, cómo rescatar al animal -sin darle agua, comida o medicamentos- y trasladarlo a la comisaría más cercana para, posteriormente, prestarle los cuidados que requiera.

Como responsable del área de Medio Ambiente, siento muchísimo orgullo de la gran labor que realizan todas las personas implicadas en esta campaña, y en especial de los ciudadanos que se implican de forma desinteresada.

El proyecto avanza y, por desgracia, el número de rescates se incrementa con el paso de los años. Sin ir más lejos, en las tres primeras semanas de la campaña de 2018 se han atendido casi 400 ejemplares más que en toda la campaña de 2017, que cerró con 1.617 ejemplares atendidos, de los que la inmensa mayoría, el 96 por ciento, fueron liberados.

Centrar esfuerzos en ayudar a esta especie, que año tras año vuelve al Archipiélago, es más que gratificante, de manera que hay que felicitar a todos aquellos que se implican para que, de una forma u otra, las pardelas cenicienta sigan sobrevolando nuestro territorio con sus alas inmensas y su canto característico que no deja indiferente a nadie.

Al final se trata de una acción que dura apenas un mes y que permite la supervivencia de varias generaciones de este animal. Por ello, desde el Cabildo de Tenerife seguimos y seguiremos apostado por la vida y por la preservación de un medio que nos necesita a todos y ante el que buscaremos las soluciones que se requieran para cuidarlo y protegerlo, tendiéndole siempre una mano (y las que hagan falta).

*Vicepresidente y consejero de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife