Desde que vinieron al mundo mis hijos, siempre he sentido una tremenda ansiedad cada vez que caían malitos, mientras mi mujer lo soportaba con mucha tranquilidad, o eso es lo que parecía, porque la procesión iba por dentro. Todos los padres sabemos que de chiquitos en un instante pasan de estar alicaídos a saltar y brincar en la cama, una vez han sido medicados, pero no era suficiente para sufrir unos nervios horrorosos y pasar momentos fuera de mí. Con los años y según cumplieron años me he tranquilizado, pero con seis a veces era complicado.

En esta vida es difícil no pasar en algún momento por contratiempos, ya se sabe que la felicidad eterna es una quimera, y dicen que los traspiés económicos son los peores, pero les aseguro que aún habiendo pasado por muchas carencias y necesidades en el seno de una familia numerosa con nueve hermanos en tiempos muy difíciles, me costó entender que los momentos peores son los de enfermedad. De ahí el inmenso agradecimiento a esos colosos que tuve de progenitores, y como dice la canción: "La salud y la platita que no la olvides".

Como definió en su momento la reina Isabel de Inglaterrra, este año ha sido para la familia y allegados un "annus horribilis". Las enfermedades se han cebado con nosotros. Es verdad que vamos cumpliendo años, pero es que no hay ninguna casa donde alguno no haya pasado por quirófano o esté en tratamiento serio, hermanas, cuñados/as, esposa, hijos/as? En mi casa, en particular, llevamos una racha larga de visitas hospitalarias. Mi mujer milagrosamente volvió a caminar con ayuda de un andador, pero tiene que convivir con esa enfermedad silenciosa que es la diabetes, así que estamos siempre en tensión por lo dañina que puede ser. Hace unos meses uno de mis hijos tuvo que ser evacuado en helicóptero desde otra isla y operado de urgencia, y todo acabó sin consecuencias. Pero desde el pasado doce de octubre una caída de mi hija mayor con discapacidad, nos ha tenido en vilo y en un sinvivir. En estas circunstancias, todo se enmaraña, pues no puede explicarse ni decir qué le duele, pero el resultado después de varios traslados en ambulancia ha sido de rotura de la cabeza del húmero, moratones por todo el cuerpo, complicaciones de varias infecciones y laceraciones, anemia y un estado muy febril que la ha tenido muy malita diez días en Urgencias de La Candelaria. Ahora está más estable y le espera una larga convalecencia en San Juan de Dios, así que no puedo dejar de dar las gracias a todos esos profesionales intachables que han logrado que saliera adelante.

En todas partes del mundo las Urgencias son el calvario de la medicina y posiblemente la mayor preocupación de los gobernantes. Un buen amigo me contó hace muchos años su periplo cuando trabajó en las Urgencias de un gran hospital de Estados Unidos. Decía que allí había aprendido más medicina que en toda su carrera. Francisco Toledo Trujillo se llama, fue jefe de Radiología del Hospital General, un profesional como la copa de un pino al que envío un gran abrazo para él y su familia.

Dice la gente que las nuestras son tercermundistas, lo que uno presencia es para tirarse de los pelos, sobre todo por las carencias y la escasez de espacio físico. Es inadmisible el abigarramiento de enfermos en los pasillos, pero es intolerable que la administración no lo resuelva. Los profesionales hacen verdaderas filigranas para atender a todos los pacientes, y lo que no se puede poner en duda es su humanidad. Nuestros políticos y gobernantes son una verdadera calamidad, que no se disculpen con la escasez de dinero, porque bien que tienen para otras pijadas o para metérselo en el bolsillo.

Desde aquí he defendido y defenderé siempre nuestra sanidad, pero lo que no se puede permitir es la mala gestión. No es de extrañar la cantidad de extranjeros que se empadronan para poder ser atendidos por nuestros especialistas. ¿Ocurre lo mismo en sus países de origen? Lo cortes no quita lo valiente, no puedo negar las evidencias, hay muchos fallos, pero la mayoría de veces es por falta de dinero. Afronten las listas de espera y preocúpense de las Urgencias.

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