El Paso homenajeó en los últimos meses a tres vecinos ejemplares y, también, tres artistas locales sin cuyo concurso y generosidad no se puede entender la cultura de una ciudad tan celosa de sus tradiciones como inquieta y renovadora en las expresiones artísticas.

Rodrigo González de Paiz, Hijo Predilecto de El Paso, y Antonio Capote Pozuelo y Santiago González Mederos, Medallas de Oro de la Ciudad, ascendieron con honores en el gentilicio de su lugar de nacimiento y residencia; Capote y Paiz, a título póstumo, y mi buen amigo Santiago, en su activa madurez, dedicada principalmente a la pintura, pero sin perder de vista las otras pasiones -sobre todo la música en todas las vertientes- que alientan su vida y rodeado del afecto de familiares y amigos.

En el cálido septiembre, la corporación municipal presidida por el alcalde Sergio Rodríguez, actualizó y divulgó su biografía marcada, como la de su hermano Rodrigo, por un viejo piano familiar con el que hicieron los primeros pinitos y que determinó la vocación musical de ambos. Su primer contacto con el público llegó cuando tenía ocho años y, también con esa edad colaboró en la confección de las alfombras y tapices del Sagrado Corazón de Jesús. Desde 1960, tuvo protagonismo activo en estos originales ornatos, a los que aportó la innovación de la cáscara de huevo molida y teñida de colores, técnica que se extendió por manifestaciones de arte efímero de otras localidades canarias.

Pintor de brillante colorido, se especializó en el paisaje isleño, desde Taburiente a las estampas costumbristas, que trató con soltura dibujística y como pincelada suelta. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas dentro y fuera de la Isla y, con rigurosa puntualidad, muestra sus lienzos en las Bajadas del Pino.

En la vertiente musical participó en los empeños más notables de El Paso y el Valle de Aridane, desde los grupos corales de Tazacorte y su ciudad natal, a las parrandas folclóricas de Los Arrieros, de la que fue solista y director, y Cumbre Nueva, de la que fue cofundador. Con estas agrupaciones, referentes notables del folclore palmero, recorrió distintas ciudades de Europa y América, y estrenó temas de éxito como "Canto a La Caldera" y "Siete Amores".