El 14 de febrero de 1887 se publicó una carta, firmada por artistas e intelectuales, que empezaba así: "Nosotros, escritores, pintores, escultores, arquitectos, apasionados aficionados por la belleza de París hasta ahora intacta, venimos a protestar con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra indignación, en nombre del gusto francés anónimo, en nombre del arte y de la historia francesa amenazadas, contra la erección en pleno corazón de nuestra capital, de la inútil y monstruosa torre Eiffel".

Hoy esta posición nos parece, siendo generosos, absurda, pero pone de relieve cómo conceptos ligados a la industria y a la ingeniería no parecían temas culturales o patrimoniales. El Tanque, antiguo depósito de refino de crudo construido en los años 50 del siglo XX, es en este momento, y por desgracia otra vez, motivo de discusión, sobre si debe ser Bien de Interés Cultural (BIC) o si por el contrario hay que desmantelarlo y hacerlo desaparecer. El Tanque fue declarado BIC por contar no solo con valores como el histórico-industrial, artístico-arquitectónico, tecnológico y testimonial, sino por su singularidad y representatividad tipológica.

El Tanque representa la historia de Santa Cruz, su desarrollo económico y social, una refinería que data de los años 30 del siglo pasado y que fue la gran industria de esta ciudad, sin olvidar los problemas medioambientales ligados a su explotación, pero todo eso es nuestro pasado. El impulso de la ciudad pasó y pasa por el desmantelamiento de la refinería, por lo que nos toca, ahora, rescatar y defender los vestigios que nos hablan de nosotros, de esta ciudad.

Los vecinos se quejan, y con razón, del abandono del entorno. Y añado más: el propio tanque no tiene el mantenimiento adecuado. Esto hace que se acentúe la imagen de poco valor de un edificio singular, y lo que hay que hacer es denunciar al culpable de todo esto, que no es otro que el desgobierno de Canarias y de su Consejería de Cultura.

Ellos son los culpables de esta situación, tenían un espacio magnífico para llevar a cabo un desarrollo cultural y patrimonial en un barrio joven y sin historia, apostando, por fin, por invertir en cultura en Santa Cruz; pero en cambio no han creído ni defendido nunca esta instalación, porque se hace teniendo un presupuesto adecuado en programación y en mantenimiento. De hecho, actualmente desarrolla una programación de altísimo nivel pero escasa. Hay que agradecer el trabajo incansable de la Asociación de Amigos del Tanque, que han mantenido la llama en tiempos difíciles.

Lo único bueno es que después de años y años de abandono, por fin, se va a rehabilitar el entorno con un proyecto de Fernando Menis que debería ser presentado y explicado al vecindario, para que se den cuenta de las posibilidades que tiene esa zona para ellos y para los visitantes de esta ciudad.

Por último, y con gran dolor, he vuelto a comprobar que el Ayuntamiento de Santa Cruz sigue destruyendo nuestro patrimonio y nuestra cultura. Solo piensan en meter palas y barrer nuestra historia para poder construir la suya. La defensa del Tanque no es ni un capricho personal, como ahora acusan, ni una cuestión de estética, como se ha criticado en el pasado; es y será siempre una cuestión de patrimonio, de historia y de cultura, cosas que no interesan a la derecha.

*Consejera de Museos Tenerife del Cabildo de Tenerife y secretaria de Cultura de la Agrupación PSOE

Santa Cruz de Tenerife