Coincidiendo con "Rambo V" y su "no siento las piernas", ha comenzado la batalla electoral, que se prevé bastante sucia. Los socialistas rezan desde lo laico y maldiciendo a la Iglesia para tener algo que decir en Canarias, para que se obre el milagro y Pedro Sánchez se haga con el control del Congreso de cara a intentar cumplir sus promesas, que van siendo pocas. Su alternativa y sus paseos sobre brasas ardientes no le sirven para sacar su tan cacareado cambio de sistema. Vamos, que no saca ni los presupuestos. En una campaña electoral hay que robarle la credibilidad y quitarle la dignidad al contrario para que empiece el festín. Y es la socialista de nombre Patricia Hernández, aquella que refiriéndose al IPC lo explicó como algo que "sube, sube, sube y luego baja, baja, baja", y con el segundo matiz más terrible que el primero: "Ustedes no lo entenderán, pero yo tampoco". Y valga parafrasear al exministro Federico Trillo, no con el eternamente recordado grito de aliento enloquecido de "Viva Honduras", sino con el de "manda huevos", que viene más al pelo con nuestra Patricia. Y la también candidata socialista al Ayuntamiento de Santa Cruz, no hay que olvidar que en la pasada contienda fue la más votada, al ser la lideresa del PSC.

Con su tono verdulero que tanto rédito le ha dado, ha querido reprobar en el Parlamento de Canarias a la consejera Cristina Valido, sus sustituta en la cartera de Servicios Sociales cuando CC rompió el pacto con el PSOE. Pero los datos de las prestaciones y la atención social muestran un descalabro en la gestión de la niña del exorcista y una gestión incuestionable por parte de Valido. Y es que los socialistas se estresan en demasía, se vuelven histriónicos creyendo que la gente los votará por los gritos. Pero de cristos o diablos redentores ya llegó Podemos y juzguen cómo les va hoy. La peña no es tonta, tú. Ahora, ¡qué campaña queda, madre!

@JC_Alberto