Considerando el hecho de que en el Congreso hay cuartos de baño, resulta asombroso que el ministro de Fomento, el socialista José Luis Abalos, se haya defecado, en pleno salón de sesiones, en las esperanzas de todos los canarios que estaban esperando el prometido descuento de los billetes con la Península. Pero así fue. Se levantó el señor ministro en su escaño y sin necesidad siquiera de bajarse los pantalones se lo hizo encima de los dos millones y pico de habitantes de la macarronesia guanche.

Nos dijeron algunos, de cuyo nombre hoy no quiero a acordarme, pavoneándose con cara de triunfo, que el descuento del 75% en los billetes con la Península se aplicaría automáticamente con la aprobación de los presupuestos generales del Estado. Debe ser que su incompetencia les impide conocer las reglas de su propio trabajo. La manera en que se planteó la ejecución del acuerdo presupuestario requiere que no sólo se aprueben los PGE sino que el flamante nuevo Gobierno socialista apruebe la medida en un Consejo de Ministras, Ministros y Otros, además de un trámite de, como mínimo, medio año.

Miles de canarios que estaban esperando al uno de julio para comprar sus billetes con el nuevo descuento se van a pegar un doloroso estampido con la realidad: les han tomado el pelo. Ahora no sólo no tendrán mayor descuento sino que como han dejado la compra para tan tarde, los billetes de los meses del verano estarán como los aviones, por las nubes. O sea, que les van a clavar pero bien clavados.

El PSOE de Canarias, con Ángel Víctor Torres a la cabeza, aseguró que se había acabado el "reinado" de los votos nacionalistas. Que serían los socialistas de las Islas los que llevarían la interlocución con Madrid. Pues bien, compañeros, ha llegado la hora. Más vale que se vayan poniendo un cohete allí donde la espalda pierde su honesto nombre para convencer al presidente Pedro Sánchez de que hacerles una putada así a los canarios, nada más empezar a gobernar, sería un error garrafal e irreparable.

En la gestión de los asuntos públicos siempre existen procedimientos excepcionales que se pueden adoptar en determinadas circunstancias. Y más vale que lo vayan encontrando. Es verdad que el Gobierno de Sánchez se está comiendo el marrón de un error de procedimiento del anterior Ejecutivo. Pero es lo que hay. Ellos lo echaron a patadas y llevan ya el tiempo suficiente en la poltrona para saber que en determinados temas hay que ponerse las pilas. Si se cargan el descuento van a dejar a los socialistas canarios a la altura de la suela de un zapato. Y las Islas se van a incendiar con un cabreo monumental y absolutamente justificado.

Nos han tenido meses esperando por el descuento. ¿Y ahora, en el último momento, nos dicen que es imposible? Tomaduras de pelo, las justas. Aquí lo único imposible es que no busquen una solución. Ya están tardando.