Vivimos en una sociedad cada vez más estresada y que cada vez se alimenta peor. Canarias presenta los más elevados índices de España en determinadas enfermedades que están de una u otra manera ligadas a nuestro modo de vida, como la diabetes o la obesidad.
Hacer ejercicio, administrar los periodos de descanso y llevar una alimentación rica en determinados productos, que prime especialmente el consumo de alimentos frescos, son una forma de alcanzar una vida saludable y más duradera. También es la manera de ayudar a que nuestro sistema público de salud tenga una menor carga y sea más sostenible.
Les quiero hablar hoy de los avances y excelentes resultados de la Medicina Integrativa, que incorpora a la medicina convencional determinadas terapias complementarias avaladas con estudios y evidencia científica, y siempre que venga prescrita y supervisada por profesionales. Los doctores Jordi Postius, Juan Carlos Durán y José Gilberto Peñate, entre otros, trabajan en este sentido desde la Federación Española de Medicina Integrativa.
Me enorgullece que Canarias y los oncólogos canarios sean los promotores de dicha federación. Desde aquí mi reconocimiento al trabajo de todos ellos. Confío en que el Servicio Canario de Salud sepa incluir estas enseñanzas, con base científica, a nuestros hospitales.
He tenido el honor y la satisfacción de haber impulsado su comparecencia en el Parlamento de Canarias, en colaboración con la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Tenerife (ÁMATE), y créanme si les digo que ha merecido la pena esperar casi un año para escucharles hablar de algo que encierra toda la lógica. Dos de cada tres enfermos de cáncer ya hacen uso de este tipo de terapias como complemento, sin que se les prescriba por un profesional. Se trata de hacerlo con sentido y como parte de nuestro día a día.
Un estilo de vida saludable favorece el combate de la enfermedad. Las técnicas complementarias se analizan, y las evidencias de más alto nivel aconsejan el uso de la acupuntura, el yoga o la meditación para mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Estas técnicas por sí solas no van a curar al paciente, y si se ha logrado reducir la mortalidad de muchos tipos de cáncer es gracias a los avances médicos, pero la aplicación de sencillas pautas de comportamiento permiten tolerar mejor tratamientos tan invasivos como la quimioterapia.
Prestigiosos centros de todo el mundo ya aplican este tipo de prácticas en pacientes oncológicos, por ejemplo, con el máximo nivel de seriedad. El 65% de los supervivientes del cáncer en Estados Unidos recurren a terapias complementarias, cuyo uso es seguro y se ha demostrado que mejora los resultados de los tratamientos.
Es una realidad: Las personas inundadas por las hormonas del estrés tendrán una mayor predisposición a sufrir enfermedades de nuestro sistema inmune o cardiovascular, mientras que combatir el estrés favorece su curación. Además, hay productos saludables que estimulan nuestras defensas y también existen malos hábitos alimenticios y hasta sentimientos negativos que las inhiben.
Cuando son los propios profesionales que diariamente están en contacto con estos casos, los que recomiendan seguir lo que debería ser una pauta de vida, desde las instituciones deberíamos ver como una urgente necesidad incorporar determinados protocolos, que no suponen un gasto excesivo para el sistema, pero que aportan gran eficacia a los tratamientos y terapias.
El magnífico personal de nuestro sistema de salud debería ser instruido en ellos, recibir nociones sobre nutrición y tener una mayor coordinación a la hora de dar las altas para poder resolver las dudas que se presentan a quien está todavía en un proceso que tardará años en culminar.
Me viene a la memoria el ejemplo de la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente, hija del célebre naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, que cuenta en sus libros cómo afrontó el cáncer, cambiando su forma de vida y llevando una mejor alimentación. En ningún caso hablamos de remedios milagrosos, sino de enfocar la de por sí excelente sanidad del siglo XXI.
*Vicepresidenta segunda del Parlamento de Canarias