Esta semana, la CEOE de Tenerife ha presentado los resultados de la economía canaria entre 1978 y 2018, coincidiendo con el 40 aniversario de su fundación y podemos entresacar algunos datos de indudable valor.

Hemos pasado de residir 1,3 millones de personas a 2,2 millones, aunque también hemos pasado de una pirámide de población donde mayoritariamente había personas dependientes de 0 a 24 años a una de 40 a 60 años en edad de trabajar, en un camino constante hacia el envejecimiento poblacional.

En cuanto a la economía hemos pasado de un PIB de 17 mil millones de euros en 1995 a 42,5 mil millones de euros en 2016, pasando por una contracción importante por la crisis del 2007, aunque si nos comparamos con el Estado hemos bajado del 96% de la renta per cápita nacional al 81%.

Si profundizamos un poco en los sectores económicos, la agricultura subió de 460.000 a 500.000 euros, la construcción descendió de 2.500 millones a 2.000 millones de euros. La industria subió de 1.800 millones a 2.900 millones de euros y los servicios (turismo, comercio, hostelería y servicios generales y para empresas) subió de 19.000 millones a 33.000 millones de euros.

Llega el momento de alegrarse de que hayamos mejorado nuestra riqueza, pero tenemos que repartir mejor la renta de las familias y también tenemos que recuperar, y si es posible superar, nuestra renta per cápita con respecto al Estado, pues es ahí donde podemos hacer una medida de la riqueza de las familias y de la importancia de equilibrarla para que las rentas mínimas crezcan y las máximas sigan subiendo.

Para ello, las familias canarias deben tener garantizado que lo que pagan por lejanía o fraccionamiento de sus bolsillos sea la menor cantidad posible y por otro lado, mientras la productividad mejora los salarios y las rentas empresariales en los sectores actuales, aprovechemos nuestras ventajas, sobre todo del REF y, especialmente, de la Zona Especial Canaria, para atraer inversiones que generen más empleo en sectores que aun no hemos desarrollado suficientemente y que, a su vez, paga salarios más altos que la media canaria y muy similares al resto del Estado, lo que nos ayudará a depender menos del sector servicios y a fortalecer la base de la prosperidad de la economía canaria.

En un entorno económico como el actual, marcado por un notable crecimiento y elevados riesgos políticos, la búsqueda de un destino de inversión adecuado es la meta que Canarias debe ofrecer al mundo económico.

No obstante, España es el tercer país europeo en captación de nuevos proyectos de inversión extranjera y Canarias se merece estar por encima de ese ranking.

Casi todas las empresas dirigen sus inversiones hacia un entorno de confianza, en productos o servicios locales, cadenas de suministro, marketing, TIC, energías renovables y otras prácticas empresariales en los países que crecen adecuadamente en un marco de seguridad jurídica y económica.

*Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria