Si hay una fecha que la sociedad identifica con el colectivo LGBTI es el Día del Orgullo Gay. Uno de esos momentos en que la exaltación del ser como cada uno quiere ser, sin cortapisas, miradas de reprobación o juicio, se pone de manifiesto y se ensalza: Aquí estamos, así somos, diversos y dignos. Quizás es menos conocido el día que celebramos hoy, un día en que apelamos a la información y el conocimiento de las realidades ajenas. Un día que atañe más a quien está del lado privilegiado de las cosas, para que se acerque a conocer verdades que igual le son ajenas y por las que siente lo que algunos llaman fobia, que igual debería llamarse desconocimiento. Porque el conocimiento es la base del entendimiento.

En la actualidad, aunque el número varía, unos 70 países en el mundo criminalizan la homosexualidad y condenan los actos sexuales entre personas del mismo sexo con penas de prisión. Al menos en cuatro de esos países (Irán, Sudán, Arabia Saudí y Yemen, además de algunas zonas de Nigeria y de Somalia) la homosexualidad es castigada con la pena de muerte.

El Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia se celebra para conmemorar la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tuvo lugar el 17 de mayo de 1990. Nació para visibilizar esas situaciones de discriminación, no solo institucional, sino social, en aquellos países donde, aunque legalmente no esté considerada como un delito, aún no haya comportamientos sociales que apoyen esa despenalización y la normalización. Su objetivo principal es el de coordinar todo tipo de acciones que sirvan para denunciar la discriminación de que son objeto las personas homosexuales, bisexuales y transexuales y para hacer avanzar sus derechos en todo el mundo. La primera vez que se celebró fue en 2005, con actividades en muchos países, que incluyeron acciones militantes LGBTI en países como la República Democrática del Congo, China o Bulgaria.

El Gobierno de Canarias no duda en apoyar la celebración de este día, estará en la lectura del manifiesto y, más allá de estos actos ocasionales, se posiciona del lado de la visibilización y la normalización, dando voz a quienes aún son discriminados, escuchando a quienes aún son señalados, tratando de derribar barreras situadas frente a quienes son estigmatizados. No entendemos una sociedad moderna, una sociedad realmente viva e igualitaria, sin la normalización de los colectivos LGBTI. Trabajamos junto a ellos y para ellos preparando los protocolos en distintos espacios como el educativo, el sanitario, en los ámbitos del empleo y en el de los servicios sociales; y nos sentimos orgullosos de poder decir que somos una de las comunidades autónomas más avanzadas de todo el Estado en la regulación de estos ámbitos. Canarias redactó en 2014 su ley de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, y nos encontramos inmersos en el abordaje de una reforma que contemple aspectos que en estos cuatro años han quedado obsoletos. Es necesario tener la agilidad suficiente para modificar las leyes y las normativas de manera que se adapten a los nuevos tiempos y necesidades, y en el campo de la LGBTIfobia estamos trabajando diligente y colectivamente.

Nos queda mucho para desterrar prejuicios en muchos ámbitos sociales. Es urgente hacer un llamamiento a la sociedad para que abra la mente, amplíe sus horizontes y descubra, tolere, acepte y normalice otras realidades. El colectivo LGBTI nos tendrá siempre de su lado como administración pública. Empujemos todos en la misma dirección para que, algún día, no tengamos que conmemorar más una jornada contra la LGBTIfobia. Desterremos la pequeñez del prejuicio y abracemos la grandeza de la normalización.

*Consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias