Detrás de casi todas las cosas que ocurren en Canarias está la isla. Porque aunque algunas veces se quiera ignorar esa realidad geográfica, que es también social, al final siempre termina emergiendo. La isla estuvo presente en la concepción de la autonomía de Canarias, en la definición de su sistema electoral y en su organización administrativa. No es el ser humano el que construye la geografía, sino al revés: es la realidad física la que influye en los seres humanos. Por eso ser habitantes de un archipiélago nos hace ser como somos.

De igual manera que la democracia es una organización que va desde abajo hacia arriba, desde los ciudadanos hacia las instituciones del Estado -que es la construcción política superior de la organización de todos los ciudadanos- Canarias debería ser al mismo tiempo la suma de todas sus islas y mucho más que la simple suma de las islas. La Comunidad Autónoma debe ser la expresión de la organización de un pueblo que vive en islas y que es mucho mejor y mucho más fuerte en la unidad de acción y de propósito de todos sus territorios.

Esta semana he hablado en Gran Canaria de la necesidad de hacer más fuerte la voz y la acción de los partidos canarios. Y de hacerlo desde la suma de aquellas fuerzas que compartimos una misma visión de lealtad y servicio al pueblo de Canarias, sin dependencia de estructuras peninsulares que siempre ven desde muy lejos nuestra realidad.

Cualquiera que viva en Canarias sabe que los canarios son iguales y distintos. Que un palmero tiene su manera de ser aunque comparte muchos elementos de vida con un majorero. Tenemos una historia y una tradición común. Una cultura que es en gran medida igual para todos y que nos hace ser el mismo pueblo y con las mismas raíces. Pero no hay que tener miedo de la diversidad, sino considerarla una riqueza. Cada una de las islas tiene sus propios problemas y peculiaridades, aunque todas compartan una realidad similar.

La única manera en que siete hermanos pueden levantar un enorme peso es que se pongan de acuerdo en hacer fuerza al mismo tiempo. Esa fue la base del nacimiento de Coalición Canaria, un proyecto en el que cada isla tiene su propia voz, su identidad y su visión pero en el que todas ellas son capaces de ponerse de acuerdo en decisiones que afectan a la vida de todos.

El acuerdo de Unidos por Gran Canaria con Coalición no sólo refuerza la presencia y la voz de esa isla en el seno de nuestro partido, ayudando a perfilar un proyecto fuerte para Gran Canaria, sino que va en la buena dirección. Porque la historia, reciente y remota, nos ha enseñado que cuando en Canarias se unen fuerzas, se consiguen cosas importantes. Y al contrario, que cuando nos dividimos, para alegría de otros, nos debilitamos y nos agostamos en luchas intestinas que siempre acaban en peleas por el reparto de las sobras.

Lo que se ha logrado en estos últimos tres años con Madrid tiene mucho que ver con la unidad de acción de los partidos canarios que no reciben instrucciones desde una jefatura peninsular. El entendimiento con el Gobierno central se ha facilitado por el peso de dos diputados canarios, Ani Oramas y Pedro Quevedo, en el Congreso. Y los logros en materia de financiación, en el reconocimiento del derecho histórico a tener nuestros propios impuestos al margen del sistema de financiación estatal o en el aumento a las subvenciones al transporte de viajeros residentes canarios, no se habrían conseguido si no existiesen en estas islas fuerzas políticas de obediencia canaria.

La isla es la pieza sobre la que se edifica el proyecto de Canarias. Los ocho pilares sobre los que se asienta el proyecto político de Coalición. Pero ninguna isla, por sí sola, puede ser nada sin el apoyo y el respaldo de las demás. La solidaridad y la unidad de acción en Canarias no es una virtud, sino una necesidad. Coalición Canaria es el proyecto político que mejor ha entendido a las islas y que mejor las ha representado durante años pero también se necesita la confluencia de más fuerzas en un momento que considero histórico, sumando al proyecto a NC o a los socialistas gomeros. Somos el objetivo preferente de las críticas de los partidos sucursalistas de Madrid o Barcelona. Que todos los nacionalistas y partidos de obediencia canaria estemos unidos sería para ellos la peor de las noticias. Y la mejor para Canarias.

*Presidente del Cabildo de Tenerife