Hemos de leer lo que ocurre sobre la piel del territorio, asociando tal situación con las personas que han propiciado los cambios. Han mejorado la calidad de vida de los vecinos, sin degradar el medio ambiente, siembra que tiene nombre y apellidos, tanto por parte del consejero del Cabildo que puso en marcha las pistas, la red de aguas, depósitos, bombeo, como el soterramiento de la luz eléctrica hasta los 1.700 metros de altura. También, el alcalde, que participa en algo similar hacia la costa, planifica y crea infraestructuras en todo el municipio, favorece los cuartos de apero en el campo, con agua y luz, crea condiciones para mejorar las actividades económicas que hacen posible agricultura, medioambiente, turismo, conviviendo en espacios próximos sin conflictos.

La lectura de Puntagorda tiene nombres y apellidos, no dibujados en estas líneas para poner flores, aunque creemos que se lo merecen. Estas líneas pretende valorar un camino con rumbo que siembra modelo, que propone alternativas tan básicas y elementales en la Canarias en la que convive el mundo "saudí" y los bancos de alimentos, a pocos metros de distancias, en la que los asuntos sociales tienen mucho que ver con un modelo económico, que no es solo insolidario y egoísta, sino, lo que es peor, hablamos de la distribución de la cosecha sin hacer un surco para sembrar, pero tan siquiera sin encavar la (guataca-sacho), derecho de todos, pero obligaciones también. Si podemos hemos de cuidar la cabra antes de ir a buscar la leche al ayuntamiento.

Puntagorda es una referencia en La Palma, en muchos casos, es una referencia en Canarias, es un ejemplo de alternativas del sector primario, para dar salida a la crisis. Aquí y ahora, lo surcos no son sinónimo de un pasado, de pobreza y miserias, son compromiso de futuro, es más, convive turismo y sector primario. Se abren granjas y casas de turismo rural, se plantan frutales, incluidos almendros y se venden papas al Spar o en el mercadillo. Se cultivan viñas como antes, pero también con tecnologías de último grito. Cuidan la naturaleza y la agricultura. Tienen la red de aguas más extensa de Canarias para luchar contra el fuego, conviviendo con agricultura y caminos rurales, con rodales de pinos y naturaleza. Tenemos aquí bandas de granjas y cultivos, lo que significa que no abusamos de los venenos, actividades económicas que en otros municipios son antagónicas, aquí son complementarias, casas de turismo en las proximidades de granjas, pinos, cultivos.

Tenemos aquí los montes con los mejores cortafuegos de Canarias, con campos de viña hasta los 1.700 metros de altura y, en consecuencia, limpias de lo que llaman los ingenieros "combustible", aquí era pasto para el ganado o maleza, armonía entre cultivos y naturaleza.

El planeamiento del municipio permite que al poner agua y luz en el medio rural, asociando las actividades económicas, con un planteamiento previo, favorece la convivencia, alejando conflictos entre lo rural y lo urbano.

Alcalde campesino; sin duda, la relación de la máxima autoridad local con el sector primario es muy positiva para el mundo rural, ya que en la mayoría de los municipios de Canarias no tenemos concejal de Agricultura, y en muchos la agricultura es sinónimo de marginal, aquí es una referencia del mundo rural. El campo no es sinónimo de miseria y atrasos, aquí tenemos universitarios al frente de granjas y explotaciones agrarias, conviviendo con campesinos de siempre (lo empírico y lo teórico haciendo surco, azufrando la viña), cultura que dignifica y enriquece al campo y la naturaleza. Aquí, el campo es sinónimo de progreso, de futuro, de compromiso de la dignificación del ayer, de lo rural como compromiso de futuro.

Los encuentros económicos culturales del mercadillo, como el de los últimos días de abril, con la cocina de 20 países, el que la mayor cadena de supermercados de la Isla les compra las papas, son maneras de dignificar un campo que ha estado huérfano de compromiso, que ahora arropa el consejero de Agricultura, apoyando la incorporación de jóvenes de la que Puntagorda es un ejemplo de otra manera de hacer las cosas.

Creemos que lo que se hace bien en Puntagorda puede ser una referencia muy positiva, tanto en el plano ambiental como social para el mundo rural canario.

Enhorabuena para los que han cultivado y cultivarán, pero, sobre todo, siembran ideas en un campo en el que disminuyen los surcos y crece el rabo de gato, una tierra huérfano de campesinos.