Sé que somos la envidia de la isla vecina. Sé también que gran parte del viario peninsular anhela gozar de la grata experiencia diaria que voy a recitar en unas líneas cargadas de júbilo y emoción. Unos versos dedicados a nuestra diosa Atenea, a la amiga que sonríe en el asfalto, a mi querida TF-5. El ritual comienza tras despedir a Morfeo a las 5:00 de la mañana, la hora perfecta para que me dé tiempo de llegar a Santa Cruz cuando el reloj marque las 9:00 de la mañana; tres horas de puro sabor para ducharme, desayunar, vestirme y prepararme para el ameno paseo que me espera un día más. Salgo con la sonrisa puesta para abrazar los 35 kilómetros que me deparan hasta la puerta de mi trabajo. "Qué bonita está la TF-5 cuando va naciendo el día", repito con entusiasmo tras parar 700 veces el coche mientras me pregunto por qué Los Sabandeños no le cantaron. Viajar por la autopista del Norte es cómodo, seguro y además tiene un componente romántico que hace que esta plataforma viaria tenga muchos adeptos. Cada día, cientos de vehículos quedamos a la altura de La Victoria para desearnos un gran día. No saben bien el placer que se siente cuando bajamos la ventanilla e inhalamos el rico dióxido de nitrógeno de nuestros compañeros de viaje. Qué saludables las partículas finas emitidas por los motores diesel, consideradas como las más peligrosas, que también son encontradas en concentraciones elevadas en los vehículos que pasamos el rato en las divertidas retenciones de la TF-5. Da gusto ver esos rostros alegres que no cambian el semblante aun sabiendo que llegarán tarde a su trabajo. Somos tan cívicos que cuando se produce algún accidente y tardan 3 horas en evacuar el vehículo, tocamos el claxon en señal de buenaventura. Todos, al unísono, coreamos: "¡Un nuevo atasco en la autopista del Norte, con colas kilométricas en dirección a Santa Cruz!", y la ola mueve el bucólico paisaje de una autopista nuestra, auténtica, parte de nuestra idiosincrasia. La TF-5 te modela el carácter, te hace más empático y favorece la destreza intelectual. No queremos inventos como el carril VAO, el tren o cambios de horarios. Somos tradicionales, y nos gusta lo autóctono. Además, somos famosos y eso nos enorgullece; Tenerife es el segundo territorio de España con mayor volumen de vehículos por kilómetro de carretera, el tercero en número de guaguas y el cuarto del ranking en vehículos pesados. ¡Ríanse ahora los quejones de las colas! Desde la intimidad de tu coche puedes presenciar un paisaje que cambia permanentemente entre montañas escarpadas, extensos prados y fantásticas playas y acantilados. Y todo, disfrutando mientras te dejas el dedo enviando mensajes y mentando a la madre del que amablemente facilita la incorporación de los otros coches. Tras casi dos horas de amor, de encontrarte contigo mismo, pasas por el Cabildo dando gracias por otro día inolvidable, por otra experiencia indescriptible. Para los que no han tenido la suerte ni el privilegio de deleitarse en las maravillosas colas de la TF-5, visítennos y contemplen la campiña a través del hipnótico traqueteo que regala el cuidado pavimento de la autopista. La próxima campaña de Turismo de Tenerife en Fitur presentará un stand para promocionar las bondades de nuestra tierra. ¡Mi diosa Atenea, mi querida TF-5!