Una de las fórmulas más utilizadas por parte de los responsables públicos -aunque también se puede observar en otros ámbitos-, para esconder los errores o desaciertos, es propiciar que se hable de otra cosa. De ahí que en determinadas ocasiones se realicen declaraciones que llaman mucha la atención, pero sin ningún fundamento, aunque vengan acompañadas de voluminosos informes y miles de datos. Esta semana, por ejemplo, se ha podido asistir a un debate, generado por el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, sobre los desequilibrios que, a su juicio, existen en los gastos realizados por la Comunidad Autónoma en las dos islas capitalinas. Por supuesto, en detrimento de Gran Canaria. En su opinión, esta situación tiene su origen en el "neoinsularismo de ATI-CC que se ha instalado" en el Archipiélago. Es más, según sus propias palabras, "no se puede construir Canarias propiciando desequilibrios, limitando el crecimiento de esta Isla, frenando el desarrollo de Gran Canaria...". Muy mal deben estar las cosas en la isla hermana si el presidente del Cabildo grancanario tiene que acudir a este tipo de argumentos para desviar la atención. No se trata ahora de refutar los datos aportados sobre el reparto de inversiones y empleos públicos, pues ya desde el Gobierno de Canarias se han ocupado de ello, subrayando que existe "un equilibrio exquisito" en lo desembolsado en ambas islas. Quizás Antonio Morales debería mirarse al espejo y preguntarse si no es más cierto que quien está poniendo trabas al desarrollo de Gran Canaria es precisamente quien se opone a la entrada del gas o quien a lo largo de estos casi tres últimos años ha realizado una pobre gestión. Este tipo de comportamientos le hacen un flaco favor a Canarias. Basta ya de cortinas de humo y póngase a trabajar.

Precisamente sobre la oportunidad de introducir el gas en las Islas, como energía de transición hacia el completo suministro por parte de las renovables, dedicaron la mañana del viernes expertos en la materia, responsables de distintas empresas y representantes de las principales fuerzas políticas del Archipiélago. La conclusión principal es que el futuro pasa por las llamadas energías limpias, pero mientras tanto será necesario contar con el gas. A tener en cuenta el papel que va tener este tipo de combustible en el caso de los buques y la obligación de que los principales puertos canarios sean capaces de garantizar su suministro. Por otra parte, hay que aplaudir el anuncio realizado en dicho foro por la directora general de Política Energética del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, sobre la próxima convocatoria del nuevo cupo eólico en Canarias.

También conviene recomendar a los dirigentes de las diferentes organizaciones políticas que la mejor fórmula para afrontar los problemas que ahora mismo tiene Canarias, en sus distintos ámbitos, es la unidad. Estar continuamente a la gresca no lleva a ningún sitio y consume tiempo en debates la mayoría de las veces estériles. Si esos esfuerzos se dedicaran a buscar soluciones y estudiar propuestas, seguro que todos los canarios saldríamos ganando.