El presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, como presidente de turno de la Conferencia de Presidentes de las Regiones Ultraperiféricas (RUP), logró el pasado miércoles un significativo empujón al estatus de estos nueve territorios en la UE, al conseguir que el Pleno del Comité Europeo de las Regiones diera su visto bueno al dictamen "Hacia una completa aplicación de la estrategia europea renovada para las regiones ultraperiféricas". Como ya anunció hace unas semanas el propio Clavijo, en un desayuno de trabajo celebrado en Santa Cruz, las Islas se juegan mucho a lo largo de los próximos meses, tanto a nivel europeo como nacional, y una de las primeras estaciones era precisamente el citado pleno. Las RUP, en general, y Canarias, en particular, no pueden permanecer ajenas al diseño del próximo que ahora mismo se realiza del periodo de programación que se inicia en 2020, de ahí la importancia de hacer valer el papel de las regiones ultraperiféricas en todas las iniciativas que se lleven a cabo, así como su importante papel como pequeños "laboratorios de prueba para proyectos innovadores y replicables", según palabras del propio presidente del Ejecutivo canario. Igualmente, insistió en que "las RUP no son un problema para Europa; más bien al contrario, pueden y deben ser parte importante de las nuevas soluciones que la UE necesita". El respaldo del Comité Europeo de las Regiones para las RUP debe servir de acicate para continuar por el camino de situar a las Islas en el lugar que les corresponde en Europa, sin olvidar que cada vez que se abre una etapa de negociaciones como la actual se pone en juego muchas de las cosas alcanzadas hasta ahora. No se puede desfallecer.

En el mismo ámbito de los pasos dados en Bruselas hay que enmarcar el encuentro que Fernando Clavijo mantuvo el jueves en La Moncloa con su inquilino, Mariano Rajoy: dar un impulso a la denominada agenda canaria y desbrozar el camino de los acuerdos alcanzados con el Gobierno del Partido Popular al inicio de la legislatura. A nadie se le escapa que el conflicto catalán ha imprimido un ritmo a la política estatal que en nada favorece los intereses del Archipiélago y conviene buscar la mejor senda para que las cuestiones aún pendiente se atasquen sine die. El retraso en la aprobación de los presupuestos estatales, la demora en la firma de los distintos convenios, la reforma del Estatuto de Autonomía... son cuestiones que precisan no solo del empuje de Clavijo, sino de todos los representantes públicos del Archipiélago. Por eso no se entiende que tras el almuerzo celebrado en La Moncloa, en lugar de buscar puntos en común, se intente desacreditar políticamente la visita.

Las obras anunciadas por AENA en la pista del aeropuerto Reina Sofía también han sido utilizadas para abrir otros debate que poco tienen que ver con esos trabajos. La necesidad de modernizar las instalaciones de Tenerife Sur o si es preciso sacar mayor rendimiento a Los Rodeos son cuestiones que no deben impedir mejorar la seguridad de aeródromo del Sur. Aunque afecte a los intereses de algún colectivo ajeno a la aviación.