Dedicamos este Día Mundial de la Filosofía, 16 de noviembre de 2017, a insistir en la urgencia y la necesidad de que esta disciplina no se abandone ni sea marginada en la educación de nuestros adolescentes y jóvenes. En Canarias, tuvimos la semana pasada, el día 8 de noviembre, la buena noticia de que, por unanimidad, el Parlamento aprobó la Proposición no de Ley que insta a la Consejería de Educación a devolver a su lugar a la Historia de la Filosofía en segundo de Bachillerato. A un número creciente de comunidades autónomas, que han repuesto a la Filosofía en el lugar que le corresponde, se han sumado a lo largo de este año Valencia, con mociones a favor en una gran mayoría de ayuntamientos, Galicia, cuyo Parlamento votó la cuestión a instancias de una Iniciativa Legislativa Popular y cuya campaña llevó el lema #FilosofíaSí y, finalmente, Canarias, en la que la institución que representa la soberanía popular insta a la Consejería de Educación a abrir negociaciones con el fin de que en el curso 2018-2019 se pueda cursar en todas las modalidades de bachillerato.

La Filosofía es hoy troncal y disponible para todas las modalidades en Asturias, Extremadura, Andalucía y Cataluña, y tiene una gran presencia en Cantabria, La Rioja, Aragón, Islas Baleares y Murcia. A estas comunidades "afectas" a la Filosofía sumamos las tres anteriormente mencionadas -Valencia, Galicia y Canarias-. Las comunidades que se resisten aún son Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid, País Vasco, Navarra así como Ceuta y Melilla. Nuestro objetivo como Red Española de Filosofía -que reúne a 56 asociaciones y a todos los decanatos de facultades de Filosofía del país- es defender que la Filosofía sea obligatoria en el Bachillerato puesto que tanto alumnado de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales como de Ciencias y Tecnología deben cursarla. La Filosofía es parte de las Humanidades si entendemos estas como articuladoras del legado del pasado. Esta herencia, el pensamiento de las generaciones que nos precedieron y sus hitos filosóficos son imprescindibles para ser conscientes de la construcción de nuestros referentes culturales e identitarios, pero la Filosofía es mucho más y por eso debe ser "transversal". En un mundo acelerado por la acción de la Tecnociencia es más necesaria que nunca para estimar y sopesar los impactos y las consecuencias de las revoluciones tecnológicas. La exigencia política de una Investigación e innovación responsable, que ahora exige Europa en su programa-marco Horizonte 2020, no se puede hacer al margen de los métodos de análisis y evaluación generados por la Filosofía de la Ciencia y la Tecnología ni sin la Ética de la Investigación, pero, tampoco, sin la implicación deliberativa de la ciudadanía, a través de la participación y la gobernanza democrática, en el cambio socio-tecnológico. Para todo ello, las capacidades lógicas, argumentativas, deliberativas y críticas que debemos promover en el marco educativo, ligado a desarrollos curriculares y didácticos en las materias de Filosofía, son cruciales.

La LOMCE, la ley que forjó el exministro Wert, ha generado un gran desasosiego en la sociedad española por diversos motivos, pero uno de ellos ha sido la relegación de la Filosofía, una disciplina que había sido considerada materia común y troncal por todas las leyes educativas anteriores. No fue tal marginación una mera "casualidad". La inspiración neoliberal del utilitarismo cortoplacista inspiraba una Reforma educativa que pasará a la historia como un verdadero borrón en el expediente de este país. Una visión extremadamente miope que potencia la especialización en un mundo que, acelerado tecnocientíficamente, no sabe si quiera con certeza cómo va a ser su mercado de trabajo en diez años. Los impactos de la Inteligencia Artificial y la Robótica -la que ya llaman la cuarta revolución industrial- se suman e hibridan con las TICs (tecnologías de la información) y van a eliminar muchos de los sectores laborales actualmente existentes o a mutarlos severamente. En un mundo cambiante y acelerado técnicamente lo que se requiere del estudiantado para formarlos como futuros profesionales capaces y responsables es el desarrollo de capacidades que les permitan estar implicados en procesos de aprendizaje durante toda su vida laboral y esas capacidades de análisis proyectadas a nuevos escenarios las potencia la Filosofía. Nuestra disciplina no sólo mira al pasado, a lo ya pensado, sino, que, también, genera "experimentos mentales" cultivando las hipótesis y los escenarios simulados con vistas al futuro. Un futuro repleto, por otra parte, de retos tanto ambientales como civilizatorios que nos interpelan como humanidad.

En definitiva, la LOMCE pretendió dinamitar el espacio y el tiempo que en la educación se debe prestar para cimentar las capacidades relativas a la reflexión, la argumentación y la crítica. Curiosamente, y como colofón a todo lo anteriormente expuesto, estas son las capacidades, competencias, que resultan imprescindibles a la ciudadanía en un régimen democrático. Wert intentó un golpe de gracia al Sapere Aude! al que nos instó Kant. El Partido Popular, tras el debate político generado, ha reconocido el error. El caso es que el "atrévete a saber" es el que permite a nuestro estudiantado salir de la minoría de edad y objetar la tutela de las instancias -hoy ubicuas a través de múltiples pantallas- que optan a colonizar su pensamiento. En una mayoría de comunidades autónomas se han ido restableciendo los espacios a la Filosofía dado que la misma Ley brindaba opciones para reasignar unas determinadas horas a algunas asignaturas. No obstante, el objetivo final es que el Pacto Educativo, que se está discutiendo en el Congreso de los Diputados, devuelva a la Filosofía al lugar del que no debió ser desplazada y se logre un consenso cualificado que permita que nuestra juventud cuente con el mejor sistema educativo posible. La Academia platónica, el Liceo aristotélico, la Stoa o el Jardín epicúreo dotaron de un nuevo sentido a la s???? (scholé), origen etimológico de la palabra escuela. Tiempo y espacio para aprender, para investigar, para amar la sabiduría fue el legado griego. La Ilustración, posteriormente, democratizó la Filosofía y nos proporcionó, asimismo, el objetivo primordial de la educación, esto es, que cada ser humano ejerza la autonomía para pensar y dirigir su propia vida. El atreverse a saber es la razón y la pasión de la Filosofía.

Feliz día de la Filosofía y sapere aude!

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*Presidenta de la Red Española de Filosofía