De pocas cosas se ha pontificado con tanto desconocimiento como del Sáhara. Hay un metarrelato lleno de falsedades como que España sigue siendo potencia administradora, o que los saharauis que tuvieron DNI español lo seguirían siendo, en una larga colección de dislates.

Los territorios no autónomos según la resolución 1514 de Naciones Unidas (1960) eran los que debían ejercer el derecho de autodeterminación para poner fin a su relación de dependencia de las metrópolis.

Evidentemente desde entonces el mundo ha mudado por completo. El derecho de autodeterminación parece culminado para los territorios no autónomos, porque han desaparecido todos sus presupuestos, a lo que hay que sumar el nulo interés de aquellos pendientes. El mundo actual está nutrido de Estados fallidos, descomposiciones nacionales a cargo de grupos armados (Libia) o de minorías étnicas y religiosas (Siria, Irak...), Estados teocráticos (Estado islámico), territorios segregados (Ucrania)...

El debate de la autodeterminación pasa curiosamente hoy por Occidente: Quebec, Escocia, Cataluña, norte de Italia o incluso el Brexit. Nuevas formulaciones ideológicas y otras referencias han sustituido a aquel presunto derecho incondicional. A partir de la Ley de claridad, dictada a instancia de la Corte Suprema de Canadá, la autodeterminación aparece como una falsa solución ya que no resuelve nada: es sustituir una ligera mayoría por otra similar, abrir la puerta a cascadas de autodeterminaciones menores allá donde se celebrara, y enconar las divisiones. Este es el debate hoy, ajeno al de hace más de medio siglo.

Naciones Unidas tiene en su viejo listado de territorios no autónomos, a los siguientes (son 17, es ilustrativo relacionarlos): Sáhara Occidental, Anguila, Bermuda, Islas Caimán, Islas Malvinas, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes Británicas, Islas Vírgenes EEUU, Monserrat, Santa Elena, Gibraltar, Guam, Nueva Caledonia, Pitcairn, Polinesia Francesa, Samoa y Tokelau.

Comprobamos la inusitada complejidad actual del derecho de autodeterminación. Quitando el Sáhara ninguno de esos territorios ha formulado jamás el mínimo deseo de ejercer ese derecho. Las desgastadas y ya marginales resoluciones de NN.UU. no se imponen contra la voluntad de los habitantes, que se han "autodeterminado" de manera unánime. Nadie tiene ninguna duda de que el 100% de los gibraltareños y malvinenses quieren seguir siendo británicos. Sin embargo se tiene en cuenta los derechos de España y Argentina (que no fueron metrópolis). Quién se tiene que autodeterminar entonces según la 1514: ¿habitantes, territorios o naciones? ¿Se tendría que armonizar entre varios? ¿Sólo si quisieran? Hoy ¿cuál (derecho de autodeterminación) sería el válido: el de Canadá, Malvinas, grupos armados libios, Crimea, Santa Elena...?