Un tranque sin parangones lo que resultó ser la moción de censura presentada ayer por Podemos contra Mariano Rajoy. Ni con los actuales dirigentes, ni con el actual discurso, ni con el tic venezolano, que cada vez más le cuesta disimular a Pablo Iglesias, Podemos llegará al poder del ejecutivo español en lustros. Y digo Podemos porque de Izquierda Unida ya no se acuerda ni la madre que la parió. Irene Montero primero y su compañero de alcoba Pablo Iglesias después, nos sometieron a un rollo soporífero superando las cinco horas. Al final del irritante tostón, nada nuevo políticamente hablando: nada. Sus intervenciones recordaron a los programas televisivos de Hugo Chávez y del mismísimo Fidel Castro: todo pantomima, todo postureo.

En la España de Podemos están los buenos y los despreciables, a los que hay que abatir, y huelga decir quiénes son ellos. No conciben puntos intermedios y no le dan tregua ni al PSOE. Son fanáticos, iluminados que no quieren política, quieren "show". Esta España necesita savia nueva y un PP depurado, pero estos son capaces de llevarnos a otra guerra civil. Los desprecio porque quieren gobernar para ellos mismos y aniquilar a quien no sea hijo de su pensamiento extremo. Y por arrasar entienden hasta sacar del mapa la corriente del Iñigo Errejón, que en la bancada escuchaba a los emperadores Iglesias y Montero con un rostro impasible. Estos tipos no me gustan porque son inexactos, mienten y hasta me producen arcadas.

@JC_Alberto